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Los cinco detenidos en allanamientos a cuevas financieras que se realizaron el miércoles último, entre ellos el “arrepentido” Leonardo Fariña, serán indagados hoy por el juez en lo Penal Económico, Pablo Yaradola.

Los imputados, tres hombres y dos mujeres, permanecen detenidos en dependencias de la Policía Federal acusados por supuesta violación a la Ley de Régimen Penal Cambiario con operaciones de dólar “blue”.

Los operativos en los que se produjeron las detenciones se dispararon luego que los investigadores detectaran que desde las oficinas ubicadas en el piso 12 de un edificio que se encuentra al 1400 de la avenida Juramento se estaba empujando una corrida cambiaria.

En el allanamiento, realizado por la División Antifraudes del Departamento Delitos Económicos de la Policía Federal, junto con agentes de Aduana, se secuestraron más de $ 200 millones en billetes, sumas menores de dólares y euros; todo distribuido en cinco valijas y una caja fuerte chica, lo que en total sumaban un equivalente superior a los $ 500 millones.

Dos de los hombres detenidos durante el allanamiento intentaron escaparse con algo de dinero en valijas a través de un balcón del departamento que daba hacía otra unidad del mismo edificio.

Los investigadores creen que por los operativos de saturación con presencia policial en el microcentro se logró que se frenara la comercialización de dólares en el mercado ilegal.

En ese marco se analiza que este factor podría explicar la aparición de cuevas en otros barrios, entre ellos Belgrano.
Fariña, durante el allanamiento del departamento que funcionaba como “cueva”, estaba en bermudas y podía verse la tobillera electrónica con la que la justicia controla sus movimientos en el marco de otra causa judicial en la que fue condenado.

Fuentes vinculadas a su defensa, a cargo del abogado Rodolfo Herrera, aseguraron que se encontraba en el lugar porque “visitaba a un amigo” cuando comenzó el allanamiento.

Los investigadores consultados por Télam señalaron que Fariña estaba en una actitud de dominio de la situación, que conocía el lugar y que estaba del lado del mostrador en el que se ubican quienes no son clientes.

Las mismas fuentes explicaron que, de hecho, en el lugar allanado había también una persona que esperaba para hacer una operación en calidad de cliente y no fue detenida. (Télam)

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