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Son hechos innecesarios, pero que hacen daño. A veces mucho. En política se dice habitualmente que es “pegarse un tiro en los pies”. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando un gobierno, un grupo político, un dirigente, comete un error y provoca una crisis sin participación externa. Un pelotazo en contra.

Esta semana asistimos a dos situaciones que provocaron cimbronazos innecesarios y que preocupan al gobierno.

A raíz de la polémica generada por una canción de contenido racista entonada en el vestuario de la selección argentina tras obtener la Copa América, y que de ninguna manera involucraba a la administración de Javier Milei, una serie de comentarios inoportunos derivaron en casi un conflicto internacional y el despido de un funcionario.

El subsecretario de Deportes, Julio Garro, fue eyectado de su puesto tras decir en una entrevista radial que tanto Lionel Messi como “Chiqui” Tapia tenían que pedir disculpas por ese canto. Al rato su renuncia fue pedida en redes libertarias. Y esa misma noche Javier Milei lo echó. Eso generó una rispidez con el PRO, que se subsanó porque el reemplazo fue del mismo partido.

Todo innecesario. Más aún lo fueron las fuertes críticas de la vicepresidenta Victoria Villarruel hacia Francia –“colonialistas” que tienen “ciudadanos de segunda”, dijo sobre ese país-, por la misma canción futbolera. La secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, tuvo que ir a la embajada del país galo a disculparse en nombre del Gobierno argentino y a aclarar que las definiciones de Villarruel no representan formalmente a la Argentina, a pocos días de la reunión bilateral que Javier Milei mantendrá con su par francés, Emmanuel Macron.

Una crisis innecesaria.

Tanto como la provocada en el Congreso de la Nación. En momentos en que se tejen costosas alianzas para encarar los próximos proyectos oficiales, se produjo un escándalo por la visita de un grupo de seis diputados de La Libertad Avanza (LLA) a Alfredo Astiz y otros genocidas presos en Ezeiza. La explicación fue peor, como dijo uno de ellos, no fueron a visitar “represores” sino a “héroes” y “excombatientes que libraron batallas contra la subversión marxista”.

Estalló la Cámara de Diputados. Tanto la oposición más dura como la más “amigable”, le reclamaron a Martín Menem medidas contra esos legisladores. Ya hay denuncias penales y una investigación a las autoridades de la Cámara por haberles dado a los visitantes una combi para que se desplazaran hasta el penal.

La situación ya estaba tensa en un Congreso con números muy ajustados para el oficialismo. Esto sumó tensión.

En un momento en que el gobierno está centrado en pelear contra la falta de dólares y los serios problemas financieros y económicos, se liga estos problemas innecesarios.

¿Por qué pasan estas cosas? ¿Por qué los disparos en los pies cuando las armas tienen que apuntar hacia otros problemas?
Pueden ser simples errores humanos, o falta de capacidad política o también, puede pensar alguien afecto a las conspiraciones políticas, una trama de intrigas internas.

En definitiva, crisis innecesarias pero que hacen daño.

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