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La Liga Municipal de Futsal Femenino ya está en marcha con 32 equipos distribuidos en cuatro zonas, y detrás de ese número impactante hay cientos de historias, barrios movilizados, sueños colectivos y una gran estructura organizativa.

Silvina Juárez, secretaria de Deportes de la Municipalidad de Río Gallegos, dialogó con Radio LU12 AM680 sobre el presente de esta competencia que ya moviliza a cerca de 800 mujeres, muchas de ellas adolescentes, y que refleja un cambio cultural en pleno desarrollo. “El deporte femenino siempre estuvo —remarcó—, pero hoy tiene protagonismo. Darle el mismo espacio que al masculino es lo que permite que las chicas se sigan sumando”.

La funcionaria destacó la masividad de esta liga, en la que participan jóvenes desde los 14 hasta mujeres de 35 años o más. “Ya hay muchas que nos piden una categoría +35 porque hay diferencias físicas lógicas”, explicó. El crecimiento también se nota en la cancha: equipos organizados, que respetan las reglas y que muchas veces nacen de la iniciativa barrial antes que de estructuras deportivas tradicionales. “Hoy no solo participan clubes históricos. Muchos equipos llevan el nombre del barrio porque surgieron de mujeres que dijeron ‘yo también quiero jugar’. Y lo hacen”.

El torneo se disputa en varios gimnasios municipales —el Eva Perón, el Juan Bautista Rocha, el Indio Nicolai— con la idea de descentralizar la actividad y facilitar la participación de jugadoras de distintos puntos de la ciudad. “Si se jugara solo en el Rocha, a muchas se les complicaría por la distancia. Por eso rotamos las sedes”, explicó Juárez.

La estructura del certamen es otro pilar: se juega todos los fines de semana durante tres meses, un tiempo más que razonable para asegurar continuidad y competencia real. Y todo bajo un formato que imita al del futsal masculino, sin diferencias reglamentarias y con un fuerte acento en la gratuidad: “Los equipos solo pagan el arbitraje. No se paga inscripción ni uso de los espacios. Así funciona también el masculino. La igualdad es clave”.

Entre los desafíos futuros aparece la necesidad de ampliar la infraestructura. El albergue municipal del Rocha, actualmente en refacción, duplicará la capacidad de alojamiento para deportistas. “Hoy tenemos 100 camas y es poco. Con la nueva obra, llegaremos a 200. Eso nos permitirá pensar en torneos provinciales o incluso patagónicos”, adelantó. La idea de que las campeonas de la Liga Femenina puedan representar a Río Gallegos en competencias regionales empieza a tomar forma, aunque —admitió— el principal obstáculo sigue siendo económico. “Organizar un campeonato en otra localidad sería ideal, pero trasladar planteles enteros no es fácil. Todos sabemos que la variable económica pesa”.

Mientras la pelota sigue rodando cada fin de semana, las tribunas se llenan de familias, vecinos y amigas que alientan con la misma pasión con la que los varones lo hacen desde hace décadas. Río Gallegos encontró en su futsal femenino una identidad nueva, fresca, potente. Y como suele decirse en el barrio: esto recién empieza.

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