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Génesis Valdez Aguilar, la pequeña atleta de apenas diez años que se formó en los tatamis de Puerto San Julián, escribió este fin de semana una página inolvidable para el karate argentino: se consagró subcampeona mundial de kata en el ITKF World Cup disputado del 13 al 15 de junio en Wieliczka, Polonia. La sanjulianense integró una delegación que midió fuerzas con competidoras de Egipto, Ucrania, Rumania, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Lituania, Brasil y Portugal, entre otros países, y fue la representante más joven del equipo nacional.

La actuación de Valdez estuvo precedida por una invitación formal de la Comisión Técnica de la International Traditional Karate School (ITKS-Argentina), que el 28 de febrero la convocó como “Talento Técnico” para integrar el Seleccionado 2025. En la misiva –firmada por el presidente Jorge Schvint y los entrenadores Justo Gómez y Soledad Arjona– se detalló que el Mundial sería el eje de la temporada y se solicitó la participación obligatoria en cursos y campeonatos preparatorios. La niña respondió con creces al desafío: viajó, participó del Gasshuku previo en Europa y se subió al podio mundial.
Un 2024 de siembra que floreció en 2025
El salto internacional de Génesis no fue casual. En 2024 ya había sobresalido en el 5.º Torneo Conosur de Karate Tradicional ITKS realizado en Artigas, Uruguay: logró el primer puesto en kata individual, el segundo en kata por equipos y el tercer lugar en kumite, rendimientos que le valieron el ascenso al cinturón marrón – tercer kyu durante el campamento estival (Gasshuku) de la entidad. Aquella cosecha marcó un antes y un después: la Federación Argentina de Karate Okinawense la distinguió como Figura en la tradicional Fiesta del Deportista Sanjulianense del 12 de diciembre, máximo reconocimiento municipal al esfuerzo y los logros.
El respaldo institucional se potenció con el acompañamiento familiar. Su madre, orgullosa, detalló que en Polonia la delegación egipcia reconoció a Génesis con una medalla de oro como una de las dos mejores atletas argentinas del certamen. Ese gesto confirmó lo que el tatami mostraba: más allá de la brecha de edad, la santacruceña exhibió madurez técnica, precisión y una presencia escénica que cautivó a los jueces.
La historia de Génesis Valdez combina pasión familiar, guía técnica y convicción personal. Con diez años, la karategui le cuelga una medalla plateada al pecho y traza un horizonte que la imagina en Mundiales juveniles y Juegos Panamericanos. Pero, sobre todo, inspira a niñas y niños patagónicos que sueñan con trascender fronteras. El tatami de Wieliczka fue testigo de un talento que ya es realidad y que recuerda, una vez más, que la distancia geográfica no mide la grandeza de los sueños.
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