Horacio Ungaro, Daniel Alberto Racero, Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Emilce Moler, Patricia Miranda, Pablo Díaz y Gustavo Calotti estaban en el colegio secundario y militaban en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Fueron secuestrados el 16 de septiembre de 1976 por la dictadura cívico militar. Todos tenían entre 16 y 17 años y reclamaban un boleto estudiantil en La Plata. Seis de ellos continúan desaparecidos.

A 45 días de la denominada Noche de los Lápices, la UES convocó a una caravana que partirá a las 14.30 de la Plaza Italia de La Plata y culminará en la puerta del Ministerio de Infraestructura bonaerense, en 7 y 58, de la capital provincial.

Además, la Coordinadora Estudiantil Independiente de Secundarios realizará una marcha que partirá del mismo lugar y horario y realizará un acto frente a la Casa de Gobierno bonaerense.

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La noche del 16 de septiembre de 1976 se inició un operativo conjunto de efectivos policiales y del Batallón 601 de Ejército para capturar a 10 jóvenes que tenían entre 16 y 18 años, y en su mayoría eran integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), quienes reclamaban por el boleto estudiantil secundario gratis.

Esa noche, irrumpieron en el departamento donde vivía la familia Horacio Ungaro, de 17 años, en la ciudad de La Plata y lo secuestraron, junto a un amigo que se había quedado a dormir en la casa de éste: Daniel Alberto Racero.

Además fueron secuestrados Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, María Claudia Falcone y Francisco López Muntaner; en tanto el 17 de septiembre los represores apresaron a Emilce Moler y Patricia Miranda y cuatro días después fue detenido Pablo Díaz, pero una semana antes habían secuestrado al estudiante Gustavo Calotti.

Los jóvenes, militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), habían marchado en reclamo del boleto estudiantil, beneficio suspendido tras el golpe militar, por eso a este hecho se le denominó “La noche de los lápices”

Todos fueron conducidos al centro clandestino de detención “Arana“, donde se los torturó durante semanas, y luego se los trasladó al Pozo de Banfield.

Moler, Díaz, Miranda y Calotti recuperaron la libertad, en tanto los seis restantes permanecen desaparecidos.

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