La Sociedad Interamericana de Prensa recordó a José Luis Cabezas

Carlos Jornet, vicepresidente segundo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, reafirmó el compromiso de la entidad con la memoria de Cabezas: “El caso de José Luis marcó un punto de quietud en el ejercicio del periodismo libre en la Argentina. Seguiremos reclamando justicia y verdad por los periodistas víctimas de violencia.”

La campaña “Voces que reclaman justicia” busca recordar a periodistas asesinados en América, mantener vivo su legado y exigir el fin de la impunidad en estos crímenes. La SIP, con sede en Miami, agrupa a más de 1.300 publicaciones del hemisferio occidental y trabaja para defender la libertad de prensa y expresión en la región.

Cabezas, quien trabajaba para la revista Noticias, fue asesinado el 25 de enero de 1997. Su crimen, ejecutado por la banda conocida como Los Horneros y supuestamente ordenado por el empresario postal Alfredo Yabrán.

El asesinato ocurrió meses después de que Cabezas lograra fotografiar a Yabrán caminando por la playa, una imagen inédita del enigmático empresario que se publicó en marzo de 1996 en una investigación de Noticias. La fotografía desató el ojo de Yabrán, quien había declarado que “ni los servicios de inteligencia tenían su foto”. Según las investigaciones judiciales, Yabrán consideró esta publicación como una confrontación personal. Su jefe de seguridad, Gregorio Ríos, habría ordenado el secuestro y asesinato del reportero gráfico.

El crimen ocurrió en plena temporada de verano: Cabezas fue secuestrado, ejecutado con dos disparos en la nuca y su cuerpo fue incendiado dentro de un vehículo alquilado por la revista. Aunque Alfredo Yabrán fue señalado como el autor intelectual, nunca enfrentó juicio, ya que se suicidó en mayo de 1998 tras emitirse una orden de arresto en su contra.

Por otro lado, varios miembros de Los Horneros, policías y el jefe de seguridad de Yabrán fueron condenados a prisión perpetua, aunque con el tiempo sus penas fueron reducidas. Actualmente, ninguno de los condenados sigue en prisión.