Minutos de emoción se vivieron el martes en Gran Hermano cuando Paris, una galga de siete años, ingresó a la casa más famosa del país y transformó la dinámica del reality. Su llegada estuvo cargada de emoción, ternura y un mensaje poderoso sobre la adopción responsable.

El martes 1 de abril, en una gala inolvidable, la producción de Gran Hermano preparó un momento especial. Los participantes fueron conducidos al SUM con la excusa de ver la clásica “placa positiva”. Sin embargo, lo que presenciaron fue la conmovedora historia de Paris.

La perra, rescatada en marzo de 2022, fue abandonada mientras cursaba un embarazo avanzado y sufrió maltrato físico, lo que le provocó la pérdida de visión en su ojo izquierdo.

Santiago del Moro, conductor del programa, explicó que llevaba más de tres años esperando ser adoptada. “Paris es una perrita sana, tranquila y cariñosa. Aunque tiene sus años, sigue siendo juguetona y disfruta de la compañía humana”, expresó.

Paris, con sus cachorros.

El emotivo primer contacto

Tras la proyección del video, Paris ingresó a la casa. La perra avanzó con cautela, la cola baja y la cabeza inclinada. Los jugadores, instruidos para no hacer ruido ni abalanzarse sobre ella, la observaron en silencio. Con el paso de los minutos, comenzaron a acercarse con suavidad. Lucía Patrone no pudo contener las lágrimas y fue la primera en abrazarla. La ternura se propagó rápidamente entre los demás habitantes, quienes la recibieron con caricias y amor.

De la calle al corazón de la audiencia

Más allá del impacto televisivo, la historia de Paris visibiliza una problemática recurrente en Argentina: el abandono y maltrato animal. La galga había sido encontrada por vecinos en una vereda, embarazada y en estado crítico. Fue llevada de inmediato a una veterinaria, donde dio a luz dos días después. Todos sus cachorros fueron adoptados, pero ella permaneció en observación durante un tiempo prolongado, debido al estado físico y psicológico en que se encontraba.

Desde su rescate en 2022, Paris estuvo esperando una familia definitiva durante más de tres años, lo que, según el programa, motivó la decisión de incluirla como nueva habitante del reality. El objetivo, además de integrarla, fue visibilizar historias como la suya, dándole un lugar en la escena pública y promoviendo la adopción responsable.

Tras los primeros minutos de incertidumbre, la perra comenzó a caminar con mayor soltura, recorrió el living, olfateó los sillones, y se dejó acariciar. De a poco entró en confianza y demostró ser mimosa y muy sociable, integrándose con naturalidad al grupo.

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