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Este lunes se dio por anulada la prospección del langostino, en aguas jurisdiccionales nacionales dentro de la Zona de Veda Permanente de Juveniles de Merluza (ZVPJM), que debía comenzar el pasado 28 de mayo, debido a que sólo se inscribió un buque de los 16 del cupo para realizarlas. Y por primera vez en la historia, la zafra del langostino no comenzó en tiempo y forma.
Por esta razón, el Consejo Federal Pesquero (CFP) trató la situación en la reunión de este jueves y aprobó una propuesta para realizar la campaña de por etapa. La iniciativa consiste en habilitar cada subárea en función de la disponibilidad de al menos cuatro embarcaciones inscriptas, siguiendo los lineamientos técnicos del INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero).
Una prospección distinta
Este plan se presentó durante un taller reciente donde se evaluó la posibilidad de activar la prospección en las Subáreas 4, 5, 13 y 14, ubicadas dentro de la ZVPJM. La medida busca evitar un nuevo fracaso de una campaña prospectiva por falta de buques o baja cantidad, que impide garantizar la representatividad de los datos científicos.
Al trabajar por subárea, lo que se determinó es que cuando una de ellas cuente con el mínimo de cuatro buques inscritos, se habilitará su prospección, manteniendo las condiciones establecidas por el INIDEP, como la presencia obligatoria de observadores a bordo y la limitación en la duración de las campañas (cuatro días para congeladores y tres para fresqueros). La autoridad de aplicación fue instruida para avanzar en esta modalidad, siempre que la evaluación técnica sea favorable.
El objetivo es garantizar la obtención de datos científicos confiables sin esperar a la inscripción completa de buques en todas las áreas, optimizando así los recursos y la planificación pesquera. La propuesta fue aprobada por unanimidad en el CFP, que busca mantener la actividad de prospección sin comprometer su validez científica.
Negociaciones salariales: un proceso sin acuerdo
Por otro lado, las negociaciones salariales en el sector pesquero continúan siendo un punto de tensión. Este jueves por la tarde, representantes de los gremios de marineros (SOMU y SIMAPE) se reunieron con las cámaras empresarias CAPECA, CAPIP y CEPA ante la Secretaría de Trabajo de Nación, en una reunión que duró más de tres horas y que finalizó sin acuerdo.
Durante el encuentro, las empresas presentaron análisis de costos y rentabilidad, mientras que los gremios se mantuvieron firmes en su rechazo a aceptar una reducción salarial. Los dirigentes gremiales reprocharon declaraciones mediáticas del sector empresario y expresaron su preocupación por los modelos de ajuste presentados, además de cuestionar la afirmación que que el costo laboral implica el 60% de las exportaciones, como aseguran las cámaras.
Durante la reunión no se logró avanzar en los puntos clave, y la autoridad laboral decidió pasar a un cuarto intermedio, convocando a una nueva reunión para el próximo lunes 2 de junio, con la inclusión de más entidades gremiales marítimas a pedido de los sindicatos.
Perspectivas inciertas
Desde CAPECA, el presidente Eduardo Boiero valoró la sesión como un paso positivo: “Pudimos sentarnos con los gremios y comenzar un diálogo. Seguiremos trabajando para encontrar una salida a la difícil situación que atraviesa la pesquería de langostino.”
Mientras tanto, la reactivación de la prospección y las negociaciones salariales siguen siendo las prioridades para el sector pesquero argentino, pero el escenario requiere soluciones coordinadas para garantizar la sustentabilidad de la actividad y los derechos de los trabajadores, algo que por ahora se presenta distante.
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