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El directivo de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), Eduardo Fernández, advirtió sobre la delicada situación del sector productivo argentino, atravesado por la recesión, la falta de crédito y la competencia de las importaciones.
Según planteó, la política monetaria del Gobierno -con un fuerte aumento en los encajes bancarios- dejó sin financiamiento a las empresas y eliminó el crédito como motor del consumo interno, mientras que las tasas de interés se tornaron “insoportables” para el sistema productivo y comercial.
A ese panorama se suma la dificultad de mantener la actividad frente al ingreso de importaciones. “No solo es difícil sostener la producción, sino que ahora tenemos un sistema financiero restrictivo que busca salvarse a sí mismo, pero asfixia al aparato productivo”, subrayó.
El impacto directo se refleja en el empleo: durante la pandemia se perdieron 155.000 puestos de trabajo y, en los últimos 18 meses, otras 250.000 personas quedaron sin empleo. “La movilidad laboral va a ser hacia la baja. Las pymes están en una situación límite: no quieren despedir, pero no pueden sostener sus plantillas. Además, detrás del cierre de cada empresa hay historias familiares y economías regionales que desaparecen”, sostuvo.
Ley Anti Temu y Shein
En este marco, la Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI) elabora un proyecto de ley dirigido a regular el funcionamiento de plataformas de comercio electrónico como Shein y Temu, iniciativa que cuenta con el aval del diputado de Encuentro Federal, Miguel Pichetto, y se basa en un modelo similar al sancionado recientemente por el parlamento francés.
Apunta a establecer controles más estrictos sobre las importaciones puerta a puerta, que según el sector empresarial operan bajo condiciones anticompetitivas.
El resultado que muestran es que las compras de indumentaria al exterior crecieron un 136%, con importaciones textiles que aumentaron un 93%, muchas veces con precios de dumping, que es la práctica de exportar un producto a un precio inferior al de su mercado interno o costo de producción para ganar cuota de mercado.
Así se llegó a que más del 70% del consumo de ropa en el país ya se cubre con productos extranjeros, lo que se traduce en el cierre de fábricas y la pérdida de miles de puestos de trabajo.
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