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La definición de la Liga Nacional de Básquet está viviendo una de sus series más parejas, vibrantes y tensas de los últimos años. Boca Juniors logró el lunes lo que pocos equipos consiguen en Córdoba: ganar en el Ángel Sandrín. Lo hizo con autoridad, carácter y un cierre a la altura de una final, para imponerse por 92 a 90 y adelantarse 2-1 en la serie frente a Instituto. Hoy, desde las 22:10, volverán a verse las caras en el mismo escenario en un partido clave que puede marcar el rumbo del campeonato.

El equipo de Gonzalo Pérez mostró su mejor versión en la primera mitad del tercer juego, donde dominó desde la defensa y sacó una ventaja de hasta 17 puntos. José Vildoza fue, una vez más, el termómetro del equipo y terminó como el máximo anotador con 26 puntos, además de sumar 5 rebotes y 3 asistencias. Lo acompañaron bien Martín Cuello (13 puntos), Federico Giorgetti (12) e Ibargüen (11). Pero el gran mérito del Xeneize fue sostenerse en los momentos más críticos, cuando Instituto se vino con todo en la segunda parte.

La Gloria, que sintió la baja de Pomoli, reaccionó con ímpetu y corazón. Negrete fue la figura del local con 22 puntos y 6/7 en libres, bien secundado por Lucas Guerra (15), Lugarini (14) y Saiz (10 y 5/8 en dobles). Con un último cuarto cargado de emoción y una remontada que lo llevó a empatar en 83, Instituto coqueteó con una victoria que se le terminó escapando en los detalles.

El partido del lunes fue mucho más que una batalla táctica. Hubo roces, reclamos y un clima caliente dentro de la cancha, con los dos equipos disputando cada pelota como si fuera la última. Boca, que había perdido la localía en el primer juego, ahora la recuperó y llegará a La Bombonerita con la chance de definir ante su gente, siempre y cuando hoy vuelva a ganar.

Para Instituto, el encuentro de esta noche es una verdadera final: necesita el triunfo para igualar la serie y no viajar a Buenos Aires contra las cuerdas. Para lograrlo, deberá repetir el carácter del cierre del lunes, pero también mejorar la eficacia en los tramos iniciales, donde volvió a quedar en deuda.

Con el 2-1 parcial, el campeón defensor empieza a vislumbrar el bicampeonato, pero esta historia aún no está dicha. La final está viva, caliente y más abierta que nunca. Y esta noche, en Córdoba, puede escribirse otro capítulo inolvidable.

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