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Miguel Ángel Pichetto se ha convertido en uno de los dirigentes de más peso a la hora de discutir el acompañamiento -tanto legislativo como comunicacional-, al gobierno de Javier Milei.

Con su habitual tono adusto, el jefe de la bancada de diputados de Hacemos Coalición Federal defendió el aumento de 30% a los sueldos de los diputados y senadores -que ahora sufriría una marcha atrás- con una polémica frase: “¿Querés que la Argentina sea Uganda?“, lanzó al periodista que lo cuestionaba.

El aumento es razonable, hay un notorio atraso en el Poder Legislativo”, explicó, y resaltó el “buen comportamiento” de los legisladores señalando “es casi un Congreso francés”.

El aumento lleva a los diputados y senadores a llevar a sus bolsillos un salario de casi dos millones y medio de pesos. ¿Está bien? Sí, considerando la importante tarea de un legislador nacional y el aumento de la inflación. En Francia un legislador nacional gana mucho más que 2.500 dólares. En Uganda seguramente mucho menos.

Claro que esta comparación lleva a otra tan obvia como legítima: ¿Cuánto cobra un jubilado en Francia? La pensión no contributiva, denominada ASPA, es de 916,78 euros al mes para una persona sola y 1.423,28 euros para un matrimonio, datos del año 2022.

La frase de Pichetto desnuda un problema central en estos momentos de la Argentina. La mayoría de los asalariados y los jubilados tienen ingresos de Uganda y sufren precios de Francia.

Los jubilados argentinos son de Uganda. Los legisladores no quieren serlo.

Esta es la tan mentada “licuación”. El propio presidente Javier Milei reconoce que el fuerte ajuste para terminar con el déficit fiscal y bajar la inflación es una mezcla de licuación y motosierra. Para explicarlo en términos simples, cuando se habla de licuación se refiere a bajar fuertemente el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, con la consecuente caída brutal del consumo. La teoría dice que cuando baja la demanda en algún momento bajarán los precios. Teoría, claro.

Pero lo que no explican los libros de economía son los límites de la paciencia y el “aguante” social de esa licuación. ¿Hasta cuánto y cuándo se soporta? ¿Con una recesión tan fuerte se darán las condiciones para empezar a crecer? ¿Con cuántas víctimas?

En una entrevista a un medio norteamericano, Javier Milei señaló que la recuperación se verá recién en dos años, pero reconoció que la gente no aguanta más de uno año de ajuste.

Según datos oficiales, el deterioro del poder adquisitivo de los salarios fue del 18% en apenas dos meses. No hay antecedentes de un retroceso de esa magnitud.

La Unión Industrial Argentina advierte con preocupación sobre el comienzo de los despidos y suspensiones de trabajadores en el sector privado.

Son muchas las advertencias sobre los límites de la recesión. Y su magnitud crece si se tiene en cuenta desde dónde llegan.

Domingo Cavallo, a quien Milei considera “el mejor economista de la historia argentina”, le advirtió públicamente que el programa económico no cierra. El ex ministro de Carlos Menem y padre de la convertibilidad se mostró muy preocupado por la recesión y el aumento de precios, por lo que le pidió al presidente una suba de salarios y jubilaciones.

“Respecto a la baja de inflación va mejor de lo que había pensado. Pero en el aspecto que es muy preocupante es en el nivel de la actividad económica: la caída es muy grande. Tienen que buscar formas de atenuarla sin resignar la lucha contra la inflación”, analizó.

En ese sentido, Cavallo aseguró que los sueldos “están extremadamente bajos en términos de precios de los bienes”, y le reclamó a Milei “ajustes mensuales” a los jubilados atados a la inflación. Cavallo opinó que Milei necesita estabilidad y una mejora de los ingresos para avanzar con sus reformas: “cuando la gente está molesta por cómo aumentan los precios y lo bajo que están los salarios y las jubilaciones es muy difícil“.

En la misma sintonía llegó la advertencia del Fondo Monetario Internacional. “Dada la muy delicada situación social, junto con las ya muy altas tasas de pobreza en Argentina, será importante asegurar asistencia social adicional y preservar el valor real de las jubilaciones” advirtió Julie Kozack, portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI) en una conferencia de prensa ofrecida el último jueves en Washington.

Es muy importante para nosotros que, según el programa, la carga del ajuste no recaiga sobre las familias trabajadoras y los segmentos más vulnerables de la población”. Palabras del Fondo.

Las alarmas suenan también cuando se ve la baja en la recaudación. No se puede esperar otra cosa con la fuerte recesión.

Junto a esta baja, el último informe monetario que dio a conocer el Banco Central es contundente: bajaron las reservas y aumentaron los pasivos remunerados. Se trata de cuestiones cruciales que le meten presión el plan económico del gobierno.

“Las Reservas Internacionales del BCRA terminaron febrero con un saldo de USD 26.690 millones, registrando una caída de USD 951 millones respecto a fin de enero”, dice el informe oficial de la entidad.

En la Argentina conviven Uganda y Francia. Milei ve el peligro. Por eso se enojó y forzó a Martín Menem a dar marcha atrás con el aumento a los diputados. Qué ocurrirá en el Senado con Victoria Villarruel es otro tema que da mucho para especular.

¿Cómo sobreviven los jubilados en Uganda? Quien escribe estas líneas no lo sabe. Y espera no verlo en la Argentina.

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