Por Sabrina Pont
En litio, Argentina alcanzó en todo 2022 una producción de alrededor 37.000 toneladas anuales de carbonato de litio equivalente (o LCE, en siglas en inglés), desde las dos únicas plantas en fase operativa -hasta mitad de año, ahora ya son tres las que están en marcha-, lo que representa cerca del 6,2% de la producción del mundo, de acuerdo con los datos de 2022 del Servicio Geológico de Estados Unidos (o USGS, por las siglas en inglés de United States Geological Survey).
Esas dos primeras plantas son el Proyecto Fénix de la firma estadounidense Livent, en Catamarca, que opera desde fines de los 90 y el Proyecto Olaroz, que comenzó a producir en 2014 en Jujuy y está a cargo de la australiana Allkem, asociada con la japonesa Toyota y la empresa del Estado jujeño Jemse. El 10 de mayo último, Livent y Allkem anunciaron su fusión para crear NewCo, una empresa global para la producción de litio.
Ambas están en pleno proceso de ampliación de sus capacidades productivas y, en ese sentido, el proyecto Olaroz anunció en julio que se concretó la primera producción de carbonato de litio, en el marco de la etapa de expansión del proyecto Olaroz II. Esa iniciativa implicó una inversión total de USD 425 millones desde 2019 a la fecha y le permitirá a la firma aumentar la capacidad de producción de carbonato de litio de máxima pureza en 25.000 toneladas adicionales anuales, lo que elevará la capacidad de producción total a 42.500 toneladas por año.
La tercera planta representa un nuevo hito para la industria litífera en el país: su puesta en marcha se completó en junio, se totalizó una inversión de unos USD 1.000 millones en cerca de seis años, y es la segunda en la provincia de Jujuy. Se trata del yacimiento Cauchari–Olaroz, operado por Minera Exar, que es una sociedad argentina cuyos accionistas mayoritarios son la canadiense Lithium Americas Corp y la china Ganfeng Lithium, y que cuenta también con una participación del 8,5% de la firma local Jemse. Minera Exar aspira este año a lograr una producción inicial de 10.000 toneladas de LCE hasta, gradualmente, alcanzar su capacidad total de 40.000 toneladas para 2024.
De concretarse los planes en marcha, se llegarían a producir 300 mil toneladas al año.
En suma, con el avance en la construcción de otros cinco proyectos, que están en proceso de ejecución de la ingeniería de detalle y otros tres en etapas avanzadas, se calcula que el país podría posicionarse hacia 2030 como un importante actor geopolítico en materia de transición energética, explicando al menos el 20% de la oferta total de este insumo crítico para la fabricación de baterías de autos eléctricos.
En efecto, de completarse en los próximos años los planes en marcha, la inversión total para el sector del litio en Argentina podría superar los USD 7.000 millones. Todo eso daría una capacidad potencial superior a las 300.000 toneladas de carbonato de litio por año, que podrían ubicar al país entre los tres primeros productores globales junto con Australia y superando a Chile.
Tres de los cinco proyectos en construcción están ubicados en la provincia de Salta: se trata del proyecto Centenario Ratones, de la francesa Eramet en asociación con la china Tsingshan, con un desembolso estimado de más de USD 600 millones y una capacidad de 24.000 toneladas de LCE; el proyecto Mariana, de la firma china Ganfeng Lithium, con una inversión de más de USD 240 millones y una producción anual de 10.000 toneladas del insumo para baterías, y el proyecto Sal de Oro, de la empresa surcoreana Posco, que ya inició la segunda fase de construcción, para la cual se comprometió una inversión total de USD 1.600 millones.
Hay cinco proyectos que están en proceso de ejecución inicial y tres en etapa avanzada.
Para ese último proyecto, que se inició en marzo del año pasado, ya se llevan invertidos más de USD 800 millones para la construcción de una planta comercial de fosfato de litio, ubicada en el salar del Hombre Muerto, y otra de hidróxido de litio, en el parque industrial de General Güemes, con capacidad de producción de 25.000 toneladas anuales.
La firma, la primera de Corea del Sur que invierte en Argentina, ya anunció este año que duplicará ese monto para dar comienzo a la construcción de una planta productora de carbonato de litio, en una zona de cooperación bi-provincial entre Salta y Catamarca -es decir que requirió el acuerdo previo de las dos jurisdicciones-, con una capacidad de producción de 23.000 toneladas al año y que tiene previsto para este desarrollo en el país un total de USD 4.000 millones hacia el 2030, cuando estima avanzar hasta una cuarta etapa.
La segunda provincia con proyectos en construcción es Catamarca: tiene en marcha Sal de Vida, de la firma Allkem, que estima un desembolso de casi USD 500 millones y una capacidad instalada de 25.000 toneladas de carbonato de litio y Tres Quebradas, de la china Zijin Mining, con una inversión de USD 319 millones y una producción de 20.000 toneladas del mismo producto.
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