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Desde las tierras frías de Río Gallegos al calor de una tribuna que lo ovaciona sin reservas en Mendoza. Así se escribe hoy el presente de Matías Muñoz, el volante central que se formó en las inferiores del Boxing y que hoy es figura indiscutida en Gimnasia y Esgrima de Mendoza, puntero invicto del Grupo B de la Primera Nacional.

La historia del “motorcito del Lobo“, como lo bautizaron los propios hinchas, se viralizó esta semana gracias a un emotivo posteo del club mendocino, que no solo destacó su rendimiento sino también el cariño que se ganó en la cancha. “Los festejos se extendieron un largo rato en el camarín… y entre los más ovacionados estuvo Matías Muñoz, el motorcito del Lobo“, reza el texto.

Las palabras no fueron elegidas al azar. Cada quite, cada relevo, cada corrida del mediocampista encuentra eco en la tribuna. No es goleador, no aparece en los flashes, pero todo gira en torno a su presencia. En un fútbol donde el sacrificio no siempre se celebra, Muñoz se convirtió en un símbolo del esfuerzo y el compromiso colectivo.

Uno de los elogios más contundentes vino de Omar Olguín, exgloria del Lobo en los ’80, quien no dudó en decir: “Desde el primer partido logró consolidarse y ya es una fija en el 11 titular. Por su despliegue, se convirtió en socio ideal para Nacho Antonio. A pura presión, le inyecta dinámica y roce al juego. Además, es el hombre que empuja al equipo hacia adelante“.

Pero la admiración no termina ahí. En redes sociales, hinchas lo compararon con nada menos que Rodrigo De Paul, por su entrega silenciosa y su capacidad para sostener el equipo en los momentos bravos. “Será el De Paul de la Medraneta?“, escribió un fanático.

Muñoz llegó a Gimnasia a principios de año, tras rescindir con All Boys y completar una temporada destacada en Unión La Calera de Chile. Con 28 años, el mediocampista que también tuvo pasos por Racing ClubFerroColegiales Tristán Suárez (donde ascendió a la Primera Nacional), parece haber encontrado en Mendoza su lugar en el mundo.

“Sí, la última victoria se festejó con los muchachos dentro del vestuario, fue como un desahogo después del esfuerzo, y creo que merecido por las ganas y la unión de este grupo”, dijo el propio Muñoz luego del triunfo 1-0 ante Central Norte. Esa victoria no fue una más: con ella, el Lobo alcanzó los 24 puntos en 12 fechas, producto de seis victorias y seis empates, y se subió a la cima del Grupo B con puntaje ideal en cuanto a invictos. Lo siguen de cerca Chacarita Gimnasia de Jujuy, ambos con 22 unidades.

Gimnasia, además, comparte el liderazgo de la tabla general con Atlanta San Martín de Tucumán, punteros también del Grupo A. Pero la campaña de los mendocinos tiene un sabor distinto: sin figuras rutilantes, con una base sólida y obrera, este equipo logró imponerse por su identidad y orden.

El volante santacruceño no solo aporta marca y despliegue, sino que también cubre espacios, compensa desbalances y sostiene la presión en el mediocampo. Incluso, los hinchas lo destacan por su esfuerzo defensivo cuando el lateral derecho queda expuesto: “Ayuda a cubrir el lateral para que no le hagan el 2-1 a Nadalin“, comentó otro fanático, en referencia al tándem que se forma cuando el rival ataca por esa banda.

Todavía falta muchísimo por recorrer en el torneo, pero estoy convencido de que este equipo tiene todo para seguir en la pelea bien arriba de todos“, declaró Muñoz.

Queda claro que el presente de Matías es tan sólido como prometedor. Y en cada quite, en cada aplauso, en cada foto grupal del vestuario, hay algo más que un buen momento deportivo. Hay una historia de esfuerzo, de origen sureño y de crecimiento silencioso, que hoy late en el corazón de Mendoza, pero que también enorgullece a Río Gallegos y al fútbol del interior.

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