Luego de 79 días de internación en el Hospital Italiano, Silvina Luna murió este jueves a los 43 años. La modelo y actriz llevaba una década luchando contra una insuficiencia renal que desarrolló tras un procedimento estético que le realizó el doctor Aníbal Lotocki en 2010. Llegó a estar en la lista de espera del Incucai (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) para un trasplante de riñón, pero distintas complicaciones la llevaron un estado que en las últimas horas se volvió irreversible.
Su abogado Fernando Burlando confirmó el fallecimiento de Silvina Luna minutos antes de las 14 horas de este 31 de agosto. Pasado el mediodía de este jueves se habían encendido las alarmas por su estado de salud.
Sus problemas de salud comenzaron como consecuencia de una cirugía estética de glúteos, en la que se le inyectó metacrilato mezclado con otras sustancias no determinadas que ingresaron en su torrente sanguíneo y le provocaron un cuadro crónico de hipercalcemia primero e insuficiencia renal después. Junto a otras víctimas –Stefy Xipolitakis, Pamela Sosa y Gabriela Trenchi– se convirtió en querellante en el juicio que se le llevó adelante a Lotocki, en el que el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional (TOC) porteño N º28 lo condenó por lesiones graves en febrero de 2022 a 4 años de prisión de cumplimiento efectivo y 5 de inhabilitación para ejercer su profesión.
En los últimos meses, Luna había tenido que someterse a un proceso de diálisis tres veces por semana. Fue en una de esas sesiones, en junio, que se descompensó y debió ser internada de urgencia en terapia intensiva con respirador. A los largo de los casi 80 días que permaneció internada, tuvo mejoras y recaídas a partir de diversas bacterias que contrajo y complicaron su cuadro.
La chica del reality Gran Hermano
Nacida el 21 de junio de 1980 en la ciudad de Rosario, Silvina Noelia Luna inició su carrera como modelo publicitaria y conductora. La fama le llegó en 2001 tras participar de la segunda edición de Gran Hermano, un reality que, sin dudas, le abrió las puertas del medio y que rápidamente la convirtió en una de las chicas del momento.
A sus habituales campañas publicitarias se fueron sumando sus primeras incursiones como actriz, para las cuales se preparó a través de varios talleres y seminarios. Uno de sus profesores de teatro fue el talentoso Julio Chávez. Su padrino artístico fue Gerardo Sofovich, quien le dio un lugar en el teatro de revista en obras como El champán las pone mimosas. Luego siguieron algunas comedias -Más que amigos, Abracadabra y Explosivos-, hasta que saltó a la pantalla chica para participar en proyectos como La pelu, Los Roldán, Gladiadores de Pompeya, El capo y Ciega a citas.
Loca ella, loco yo fue su primera incursión en el cine bajo las órdenes del director Nicolás Tannchen. También se animó a mostrar su destreza física en competencias como Celebrity Splash y tres ediciones de “Bailando por un sueño”; su último paso por la pista fue más recordado por su mediático romance con El Polaco que por su performance.
Con el tiempo, la actriz quiso probar suerte en el panelismo, participando de programas como Zapping, Fox para todos y, más recientemente, Incorrectas y El show del problema. Lo último que hizo en TV fue, paradójicamente, otro reality: El hotel de los famosos. A pesar de que era una de las participantes más queridas, Silvina debió abandonar la competencia por sus continuos problemas de salud.
Pionera en Divas Play
Mientras alternaba sus trabajos en tele con videos en plataformas eróticas (la exvedette fue una de las pioneras junto a Florencia Peña a la hora de vender contenido para adultos en Divas Play), Luna decidió crear su propio emprendimiento: Simple y consciente, un espacio holístico que ofrecía talleres online sobre diferentes disciplinas relacionadas con el bienestar.
“Simple y consciente es un puente. Siempre me llamó la atención el camino de la transformación personal, de conectar con el poder personal. En estos años de búsqueda descubrí que los caminos son varios, aprendí mucho y quiero facilitar estas herramientas que tengo a otros que las necesitan”, reveló en una nota con LA NACION quien también se recibió de coach ontológica. Junto a este proyecto surgió su libro, un escrito que la ayudó a compartir y transitar uno de los momentos más difíciles de su vida.
La dura infancia de Silvina Luna
Antes de saborear la fama gracias a su paso por Gran Hermano -donde llegó a la final de la segunda edición y perdió el mano a mano con Roberto Parra-, sufrió varios momentos de tristeza, angustia y desesperación durante su infancia y adolescencia por la violencia que su padre ejercía sobre su madre.
“Mis viejos eran adolescentes en lo que fue mi crianza y su modo de relacionarse. Muy pasionales los dos, en mi casa se armaba bastante bardo. Mi papá no era muy cariñoso. No tengo registro de afecto, pero después entendí de dónde venía él o cómo demostraba su amor. Él trabajaba en metalúrgica desde los 13 años y mi mamá era ama de casa. Me crié como pude”, manifestó tiempo atrás en una nota con el programa En Avanti (KZO).
La rosarina tocó fondo al ver cómo su progenitor golpeaba a su madre. “Ella sufrió violencia de género cuando yo era chica. Mi papá no estaba pasando un buen momento, tenía un problema de adicciones. Yo no lo justifico, pero entiendo desde qué lugar lo hacía. Después pudo revertir eso. Era picante la situación en mi casa”, explicó en la misma entrevista.
El infierno se terminó cuando huyó de su hogar en busca de paz y varios sueños. Antes de su ingreso a Gran Hermano fue mesera y empleada en un local gastronómico de hamburguesas, pero después llenó la calle Corrientes con sus fotos y se convirtió en portada de varias revistas.
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