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Con el inicio de febrero, arranca una semana clave para el Gobierno, que empezará a ver aplicadas dos modificaciones fundamentales en variables claves para la economía: la tasa de política monetaria, que bajó desde el 32% efectivo anual al 29%, lo que implicará un nuevo tipo de interés del 2,4% mensual; y la tasa de variación del tipo de cambio mensual, es decir el crawling peg, que bajó del 2% al mes al 1%.

Según consignó el portal BAE Negocios, el Gobierno le apostó, de esa manera, de lleno a incentivar el ingreso de divisas al mercado oficial por la vía del carry trade, la bicicleta financiera, medida que aplicó en paralelo a la baja de retenciones al campo, para incentivar a su vez el adelanto en la liquidación, hasta fines de junio, por parte de los exportadores.

Se trata de un doble negocio que el campo podrá aprovechar en los próximos meses si el Gobierno logra sostener la estabilidad cambiaria.

Y es que la tasa de interés sufrió sobre la última hora del jueves pasado una baja en torno al 10%, lo que a priori funcionó como una moderación en el premio que recibirán los que se suban al carry trade.

Pero esa contracción, que buscó achicar la carga de intereses que paga el Gobierno por las Lefi, fue muy inferior a la baja del 50% en el crawling peg.

Quedó claro el incentivo: a los exportadores, que son los únicos tienen acceso a dólares oficiales, les conviene tomar un préstamo en dólares, liquidarlo inmediatamente como ordenan las normas, usar esos pesos para entrar a una tasa en pesos, hacer ganancia durante algunos meses, y salir nuevamente a dólares antes de que se interrumpa la promesa de devaluación a un nivel tan atrasado.

Para el Gobierno serán más dólares de corto plazo, pero con el riesgo que implica que tarde o temprano los que ingresaron querrán salir, más los intereses.

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