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La crisis económica y la escalada de precios de los alimentos en la Argentina llevaron a que la tarjeta de crédito dejara de ser un método de pago ocasional para transformarse en una herramienta de supervivencia cotidiana. Según un estudio en todo el país del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas del Centro de Almaceneros de Córdoba, durante marzo, el 43,5% de las familias usó la tarjeta de crédito para comprar alimentos, mientras que el 37,8% pidió fiado y el 6,2% recurrió a familiares o amigos para obtener dinero prestado.
El panorama es contundente: más de la mitad de la población no puede cubrir sus necesidades básicas de alimentación con los ingresos mensuales, reflejando el dramático impacto de la inflación en los alimentos y servicios y el estancamiento salarial.
Un fenómeno extendido en todo el país
El endeudamiento para comer no es un fenómeno aislado de Córdoba: un reciente informe del mismo instituto, realizado en las 23 provincias y la Ciudad de Buenos Aires, reveló que el 91% de los hogares argentinos mantiene algún tipo de deuda, con un crecimiento particular en el uso de tarjetas de crédito. La mayoría de estas deudas se originaron en 2024, tras la devaluación de diciembre de 2023 y la escalada inflacionaria del primer cuatrimestre del año siguiente.
El 56% de los hogares dedica entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas
Comer en cuotas: un síntoma de desigualdad
Celina Calore, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, alertó sobre la gravedad de financiar consumos básicos: “Estamos en una situación preocupante. Se está usando el financiamiento para la compra de alimentos, que deberían poder pagarse con el flujo de ingresos, no con endeudamiento”.
La economista explicó durante un debate realizado por Radio UNR, que la desigualdad se profundiza porque mientras algunos sectores aprovechan el crédito para inversiones, la clase trabajadora está obligada a endeudarse para comer. Además, remarcó que la informalidad laboral, que alcanza cerca del 60%, agrava el problema y deja fuera de toda herramienta de financiamiento a los más vulnerables.
Comerciantes reducen el stock para pagar servicios
Juan Milito, referente de la Cámara de Almaceneros de Rosario, coincidió en que la crisis se profundizó en el último año y medio. “La gente ya no llega a fin de mes. Muchos comercios sobreviven comiéndose el stock para pagar la energía eléctrica, que subió de $100.000 a $500.000”, relató.
Para Milito, la situación es insostenible: “Si seguimos así, vamos a comer en cuotas. El consumo está tan restringido que parece que el mes tiene 40 días. Después del día 20, la gente deja de comprar”, dijo.
Estrategias desesperadas para sostener el consumo
Paula Durán, de la Usina de Datos de la UNR, detalló que el 53% de los hogares recurre a compras en cuotas, el 15% a préstamos con bancos y otro 15% a dinero prestado por familiares o amigos. “Son estrategias alternativas porque los ingresos ya no alcanzan”, afirmó.
Además, Durán remarcó que tras la devaluación y el salto inflacionario, “el salario se licuó y la proporción que queda para gastos básicos es cada vez menor”.
El peso de la deuda y la fragmentación financiera
El informe del Centro de Almaceneros de Córdoba alerta que el 30,5% de las deudas de los hogares provienen del uso de tarjetas de crédito, superando otros gastos como servicios, alquiler o préstamos bancarios. Las tarjetas encabezan el ranking de financiamiento y se destinan principalmente a la compra de alimentos, un síntoma claro de empobrecimiento estructural.
El estudio también revela que el 56% de los hogares dedica entre el 40% y el 60% o más de sus ingresos mensuales al pago de deudas, un dato que muestra la gravedad del sobreendeudamiento.
Supermercadistas recomiendan pagar en efectivo para acceder a descuentos pero el ahorro no alcanza
Sergio López, ex presidente de la Cámara de Supermercados de Rosario, apuntó que el consumo en general está en caída y que el ahorro, pensado para emergencias o crecimiento, hoy se destina a la comida. “El salario no rinde y la tarjeta de crédito genera deudas gigantes. Hay que usar efectivo para obtener descuentos”, aconsejó López.
Además, cuestionó la falta de soluciones estructurales: “La situación es compleja y hay que tener cuidado con las herramientas de financiamiento. El endeudamiento para comer es una señal alarmante de la crisis que estamos viviendo”.
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