“Se encontrarán con un animal distinto”, advirtió Javier Milei a la Asamblea Legislativa. Un “animal” no político que “no le escapa a la confrontación”, aunque dice no quererla. Un presidente distinto que puso una oferta sobre la mesa: un pacto a firmar por toda la dirigencia con diez puntos -algunos de ellos ya están en la Constitución-, que marcarán la política futura del Estado. Claro que con un requerimiento previo, que se le apruebe el paquete de leyes Bases y el decreto de necesidad y urgencia.

“Cambiaremos con o sin apoyo político” advirtió, tras anunciar el envío al Congreso de un “paquete de leyes anticasta”. Se llamó a un pacto vía “un camino de paz”, aunque aclaró que “no tengo esperanzas en que tomen este camino” ya que tiene “desconfianza en muchos de ustedes”.

Milei lanzó una propuesta muy fuerte, de un gran cambio de la Argentina, no sin antes lanzar palos a quienes deben firmarla. “La mayoría de los políticos, como muchos de ustedes, son ricos”, les dijo a los legisladores. “No les tengo confianza”, insistió. Palos también al radicalismo, sin mencionarlo, cuando habló de los twiteros presos en Jujuy por “hablar mal de la corona” -léase Gerardo Morales-, y que “ofende el silencio de aquellos que se dicen republicanos”.

Milei denostó a la vieja política, propuso un pacto fundacional y a la sociedad le pidió “paciencia y confianza”.

Dos datos quizá marginales, pero que incluyen a dos partes que tendrán gran influencia en esa discusión que se viene. Las pocas veces que las cámaras enfocó a los miembros de la Corte Suprema se los vio con gestos duros y sin aplaudir (ellos decidirán el futuro de muchas de estas propuestas). Dos veces Milei esperó aplausos que no llegaron, cuando habló del recorte a las provincias y cuando criticó a gobernadores, políticos y periodistas.

“No daremos marcha atrás, vamos a seguir acelerando”, aseguró el Presidente. Sin duda un animal político distinto.

Leé más notas de Jorge Cicuttin

Ver comentarios