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El triple femicidio que conmociona a Florencio Varela tiene a la Justicia concentrada en un nombre: “Pequeño J”. Así se conoce al presunto jefe narco que habría ordenado el secuestro y asesinato de Brenda Verdi y Morena Del Castillo, de 20 años, y de Lara Gutiérrez, de 15. Las jóvenes fueron halladas sin vida en un descampado, en un caso que estremece por su violencia y frialdad.
Hasta el momento, tres detenidos fueron indagados por la causa, aunque se negaron a declarar. Sin embargo, los investigadores creen que el autor intelectual del crimen aún está prófugo. Se trata de un ciudadano peruano de 23 años, también llamado “Julito”, quien sería el cabecilla de una peligrosa organización dedicada al narcotráfico.
Según la hipótesis judicial, “Pequeño J” habría planificado cada detalle: desde la trampa tendida en una fiesta hasta la transmisión en vivo del crimen. Esa mecánica brutal refuerza la idea de que no se trató de un hecho aislado, sino de un mensaje mafioso ligado al negocio de la droga.
A pesar de su corta edad, el joven narco es temido en el ambiente criminal por el nivel de violencia con el que se impuso en el mundo del hampa. Su fama lo ubica incluso por encima de otros delincuentes de mayor trayectoria, lo que explica la alarma de las autoridades.
Actualmente pesa sobre él una orden de captura nacional e internacional. Mientras tanto, la investigación continúa en busca de respuestas que permitan atrapar al presunto responsable y esclarecer un caso que ya figura entre los más impactantes del año.
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