Por Alejandra Gallo

A segundos de que se defina el primer capítulo fuerte por la deuda, se empieza a gestar un nuevo encuentro entre el Gobierno, empresarios y sindicalistas para la semana próxima. Cuando se produzca esa nueva foto, seguramente en Olivos como la anterior, ya estará develado el misterio sobre los bonistas extranjeros por la deuda en títulos bajo legislación extranjera por USD 66.300 millones y también el mapa de la nueva cuarentena; pero no estará despejada la incertidumbre por la caída del nivel de actividad 2020, sólo en marzo se desplomó 11,5% reveló ayer el INDEC.

 

En definitiva, como se sabe, las fotos dicen muchísimo pero en realidad el contacto entre, por ejemplo la Unión Industrial, la CGT y el riñón operativo del Gobierno de Alberto Fernández es permanente y todos los pedidos, en el fondo, recaen sobre los mismos escritorios. Los comercios son los que más presionan por seguir flexibilizando la cuarenta; sostienen que en las provincias donde se fueron habilitando actividades, incluso aquellas que no están aún permitidas en AMBA, no hubo recrudecimiento de casos. Quienes lo miran así, minimizan el caso de Córdoba, donde el gobernador Juan Schiaretti priorizó la mirada sanitarista ante un leve repunte de contagio. Desde la misma perspectiva, le restan fuerza al aumento de casos en CABA y Conurbano. “La desesperación del bolsillo hace pensar que sin economía, no hay vida”, aseguró Mario Grinman, directivo de la Cámara de Comercio, que preside Jorge Di Fiori, y cuyo último relevamiento sectorial señaló que el 21, 3% de los comercios siempre estuvieron operativos a pesar de la cuarentena obligatoria.

 

Desde CAME también advirtieron que por la falta de producción y ventas en las economías regionales se necesitarán 812 millones de dólares en capital de trabajo para mantener a las pymes en pie. Desde el sector de las más chicas abundan los reclamos. Cristian Caram, titular de MoPyme (Movimiento de Pequeñas y Medianas Empresas y también dueño de Madero Tango) anticipó que la semana próxima presentarán un documento al Gobierno solicitando que se suspenda el pago de alquileres comerciales por seis meses.

 

Según la entidad aún en sectores habilitados para funcionar en CABA hubo comercios que permanecieron cerrados por los altos costos de los alquileres, especialmente en galerías comerciales donde 30 de cada 100 optaron por no subir las persianas. Reclamarán también que se congelen los pedidos de quiebra por un año, exhortando de algún modo a la renegociación entre privados para evitar cierres o despidos cuando se levante la cuarentena obligatoria. Los vivos no descansan con el Covid-19, al menos así lo denunciaron algunas constructoras en un encuentro virtual organizado por el Círculo de Legisladores, presidido por Daniel Basile. Aseguran que algunos inversores retiran fondos de sus empresas dejando a la deriva empleados e inversores locales, son maniobras que surgen a partir de denuncias de esos contratistas que tratan de salvar la situación con fondos propios y la ayuda de Anses.

Pacto de caballeros, endeble

En este contexto de frazada tan corta, se aceleran las tensiones. Como por ejemplo, los reproches al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dentro del PRO por su excesivo protagonismo como figura estelar de la oposición y sus recurrentes fotos cerca del Presidente Fernández. La reaparición verbal del ex presidente Mauricio Macri y la ex gobernadora María Eugenia Vidal en controles sanitarios en Lanús, por ejemplo, se enmarcan en este contexto aunque los conductores políticos de este espacio lo minimicen. Dirigentes empresariales y grandes empresarios golpearon las puertas de Cambiemos muy preocupados por los proyectos que surgen cerca de la vicepresidenta Cristina Kirchner para nacionalizar parte de las compañías a las que el Estado ayude durante la pandemia.

 

En el sector privado temen fuertemente que recrudezcan posiciones a favor de la expropiación o nacionalización de sectores como la medicina, las telecomunicaciones, los servicios públicos. De hecho, en algunas entidades empresariales como IDEA, el Foro de Convergencia, AEA, el Grupo de los Seis, esbozan documentos que destaquen el rol del sector privado como generador de empleo. Estas concepciones podrían ser, desde la política partidaria, el trampolín para dejar sin efecto el “pacto de caballeros” entre el Gobierno y Cambiemos.

 

Días atrás dentro del PRO hubo un debate interno en el que un grupo pidió, sin éxito, salir a cuestionar al Gobierno por el aumento del gasto público. Ahora con este reclamo de mayor valorización al sector privado, quienes en el PRO puro vienen reclamando más distancia del Gobierno Nacional (y de Rodríguez Larreta, incluso) encontrarían un instrumento para romper el silencio y salir al ruedo antes de que finalice la cuarentena.

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