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La comunidad futbolera de Río Gallegos despidió este mediodía a Jonathan “Jona” Mirol, formador y referente del fútbol barrial que construyó su camino entre potreros y clubes históricos de la ciudad. El velorio se realizó de 9 a 15 hs en la Cochería Due y, finalizada la ceremonia, el cortejo se dirigió al cementerio local, donde una multitud en silencio y aplausos contenidos acompañó el ingreso del féretro. Hubo escenas de profundo recogimiento, abrazos compartidos y camisetas colgadas.
A la sala velatoria llegaron docenas de familiares, amigos y excompañeros, muchos de ellos con la indumentaria de los clubes donde Mirol dejó su marca. Se destacaron grupos de Junín, que se acercaron con camperas y remeras del club para darle el último saludo; también se vieron escudos y colores de Vial Santa Cruz, Unión Petroleros Privados (UPP) y el Atlético Boxing Club, instituciones donde Jona fue jugador, compañero y entrenador juvenil.
Quién fue Jona para el deporte de la ciudad se explicó, en buena medida, en esa presencia coral. Ex jugador de Vial Santa Cruz y UPP, ex jugador de Junín y entrenador juvenil del Boxing Club, Mirol entendió el fútbol como una escuela de valores y pertenencia. En cada destino, priorizó la formación: la disciplina en la semana, el respeto por el rival, la ilusión intacta de cada fin de semana.
El último adiós reunió además a referentes del fútbol barrial y del fútbol federado, un mapa que Mirol transitó sin mezquindades. La emoción fue pareja: en silencio, con la bandera doblada o con la campera de club sobre los hombros, cada uno se acercó a agradecerle por lo que enseñó con la pelota y, sobre todo, por lo que transmitió fuera de la línea de cal.
En medio del dolor, quedó una memoria viva que excede el resultado de un domingo. Jonathan “Jona” Mirol fue parte de esa trama que sostiene al fútbol en los barrios de Río Gallegos: la de quienes levantan arcos, marcan canchas, arman listas de buena fe y abren la puerta del club para que nadie quede afuera.









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