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En el marco de su reciente pretemporada en Comodoro Rivadavia, el equipo femenino profesional de River Plate disputó un partido amistoso que marcó un hito para el deporte de la localidad. El encuentro se jugó la semana pasada en el Estadio Municipal de Kilómetro 3 y tuvo un condimento muy especial: el rival fue la Séptima División masculina del Club Atlético Unión San Martín Azcuénaga (USMA), institución que guarda un profundo vínculo con el actual preparador físico del conjunto millonario, Matías Marín.
Más allá del resultado —un triunfo por 1 a 0 del equipo local, con gol de Valentín Gutiérrez a los siete minutos del segundo tiempo—, el partido fue una auténtica celebración para la comunidad futbolera de la ciudad. Las tribunas se colmaron de familias, hinchas y referentes deportivos que no quisieron perderse esta oportunidad única de ver en acción a uno de los clubes más emblemáticos del país enfrentando a un equipo juvenil de formación local.
La visita de River a Comodoro fue gestionada por Marín, oriundo de Río Mayo, pero profundamente ligado a USMA, club donde jugó en Reserva —obteniendo varios títulos— y se desempeñó como preparador físico en diferentes categorías juveniles y de Primera División, llegando incluso a formar parte del cuerpo técnico que consiguió el ascenso en el Torneo Federal C. Su regreso a la ciudad, esta vez con la indumentaria de River Plate, fue un momento cargado de emoción y reconocimiento para quienes lo vieron formarse como profesional desde sus inicios.
Si bien el amistoso se jugó en dos tiempos de 30 minutos y en un contexto informal, el clima fue el de una verdadera fiesta del fútbol. Las jugadoras de River mostraron su profesionalismo y calidez en el trato con el público, y al finalizar el partido compartieron saludos y fotos con las familias que se acercaron al estadio. Para los chicos de USMA, muchos de los cuales enfrentaban por primera vez a un equipo de nivel profesional, fue una experiencia inolvidable.
El paso del equipo de Núñez por Comodoro ya había sido calificado como “histórico” por la comunidad deportiva local, pero este cruce ante USMA le dio un significado aún más profundo, no sólo por la carga emotiva, sino también por el mensaje de integración entre el fútbol profesional y el formativo. El partido dejó una “perlita” que quedará grabada en la memoria de la ciudad: el día que un equipo local superó a River en un amistoso, en su propia casa, frente a su gente.
El plantel millonario concluyó su pretemporada hace cinco días, luego de una agenda intensa de entrenamientos y partidos que buscó aprovechar la pausa del torneo por la Copa América femenina. Las jugadoras utilizaron durante su estadía instalaciones del Gimnasio Municipal Nº 1, además de las canchas de USMA, Talleres Juniors, el Estadio Municipal y otros espacios de la ciudad.
Más allá del 1 a 0, la imagen que perdurará es la de una ciudad que vibró con el fútbol femenino y supo valorar el esfuerzo conjunto que hizo posible una experiencia enriquecedora para todas las partes. El partido ante USMA no fue un simple amistoso: fue el reencuentro de un profesional con sus raíces, la validación del trabajo que hacen los clubes locales y la confirmación de que el fútbol, con humildad y visión, puede tender puentes entre mundos que muchas veces parecen lejanos.










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