El 19 de enero pasado, Carlos Eduardo Robledo Puch cumplió 69 años, y el 4 de febrero, cumplió 49 años preso cumpliendo su condena por matar a 11 personas por la espalda cuando tenía 19 años, entre 1971 y 1972. Ya lleva casi medio siglo en la cárcel, una marca que ni Charles Manson alcanzó.

 

En los últimos 15 años, pidió la libertad diez veces. En la mayoría de las ocasiones, su defensa argumentó que la pena estaba agotada, pero la Cámara de Apelaciones de San Isidro siempre rechazó los planteos. Desde el seno de los camaristas y letrados, aseguran que jamás le darán el beneficio de la libertad. Es el único argentino que cumple cadena perpetua.

 

Por otro lado, se sabe que el “Ángel Negro” pide periódicamente a los guardias de la Unidad Penal Número 26 de Lisandro Olmos, donde se encuentra recluido, que lo asesinen. De hecho, en una carta que escribió a la Suprema Corte bonaerense, reclamó: “Como me siguen negando la libertad, ¿por qué no me cambian la pena por una inyección letal?”.

 

Sin embargo, cuando Robledo Puch está de buen ánimo, juega al ajedrez y charla con sus compañeros mientras extraña el mundo exterior. “Sea adentro o afuera, hay una realidad: mientras todos se van en libertad, yo estoy muriéndome de a poco en este calvario”, confesó.

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