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La última jornada de los Juegos Nacionales Evita dejó a Santa Cruz en lo más alto del podio y con actuaciones que refrendaron una semana de alto vuelo competitivo. La selección femenina de futsal se consagró campeona nacional al vencer 1–0 a Mendoza en una final intensa, definida por el gol de Bianca Gómez y sostenida por un marco emotivo en la tribuna, donde la delegación santacruceña alentó sin descanso. La victoria tuvo, además, un plus simbólico: llegó como revancha de la final de 2024, cuando el título se escapó por penales ante el mismo rival.
El plantel campeón estuvo integrado por Pía Alvarenga, Giuliana Suazo, Sheila Calvo, Justina Cionco, Bianca Gómez, Aylén Hernández, Agostina Matías, Santander, Xiomara Miño, Lola Nauto y Luhana Vargas, con Lina Suárez como directora técnica y Patricia Naves como asistente. La consagración coronó una campaña de carácter y eficacia, con una defensa sólida y la jerarquía necesaria para resolver los partidos cerrados de mata-mata.
La jornada entregó otra actuación destacada en hockey masculino, donde la selección provincial terminó cuarta a nivel nacional. En el partido por el tercer puesto igualó 2–2 con Jujuy y cayó en shoot-outs, resultado que no opacó el recorrido: el equipo compitió de igual a igual aun sin practicar habitualmente hockey césped, lo que realza el valor del Top 4 logrado y marca un punto de inflexión para la disciplina en la provincia.
En esgrima, el santacruceño Bastián Pereyra, de Puerto San Julián, obtuvo un sexto puesto nacional en su segundo Evita, una ubicación de mérito que consolida el crecimiento del deporte en el circuito provincial. En la arena, el beach vóley cerró su participación con una victoria 2–0 ante CABA, broche competitivo a la altura del recorrido realizado durante el torneo.
El balance del día final dejó algo más que medallas y posiciones. Mostró una delegación que sostuvo identidad, ambición y carácter en escenarios de máxima exigencia. El título en futsal femenino, el Top 4 en hockey masculino, el sexto lugar en esgrima y el cierre triunfal del beach vóley condensaron el trabajo de atletas, cuerpos técnicos y familias que acompañaron cada etapa del proceso. En Mar del Plata, Santa Cruz no solo compitió: se hizo protagonista. Y esa huella —la de una provincia que se anima a jugar de igual a igual— perdura más allá del último silbatazo.








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