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A pesar de una reducción significativa en 2024, los subsidios a la luz, el gas y el transporte del Estado nacional siguen representando un desafío fiscal considerable. Según el informe más reciente de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), en 2024 se destinaron $8,3 billones a subsidios económicos, con una disminución real del 37,6% respecto al año anterior.

Aunque el recorte significó un ahorro de $5 billones en términos reales, equivalente a más del 1% del PBI, el impacto aún resulta insuficiente frente a los objetivos de equilibrio fiscal y reducción del gasto público, que busca el presidente Javier Milei. En 2025, los subsidios seguirán siendo un eje clave para los ajustes, pero con desafíos que incluyen el impacto de la inflación y la necesidad de adecuar las tarifas de servicios públicos.

Subsidios a la energía y el transporte

En 2024, el grueso de los subsidios se concentró en el sector energético, que absorbió $5,7 billones, seguido por el transporte con $1,9 billones y otros sectores con $619.824 millones. Estas cifras estuvieron por debajo de lo proyectado en el Presupuesto 2024, que preveía montos aún mayores para energía y transporte.

Sin embargo, estos recortes tienen un límite. En sectores como el transporte público, los subsidios cubren el 69% de los costos, mientras que en energía la cobertura alcanza el 47%. Adecuar las tarifas para cubrir los costos reales podría implicar aumentos del 81% en gas, 104% en electricidad y hasta un 222% en transporte, cifras que superan ampliamente la inflación proyectada.

Ahorro limitado y ajustes tarifarios

La reducción de subsidios permitió al Gobierno avanzar en el equilibrio fiscal, pero sus efectos colaterales se hacen evidentes en el aumento de tarifas. Un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) destacó que, en promedio, las tarifas de servicios públicos en el AMBA cubren solo el 53% de los costos operativos, dejando al Estado a cargo del 47% restante.

Los aumentos tarifarios en gas y electricidad anunciados en enero y febrero de 2025 reflejan esta tensión. El Gobierno busca moderar las subas para evitar un impacto directo en la inflación, especialmente en un año marcado por la campaña electoral.

¿Qué esperar para 2025 y más allá?

Con poco margen para ajustar transferencias a provincias y recortes previsionales, el foco del ajuste seguirá estando en los subsidios. Sin embargo, las reducciones proyectadas para este año serán menos drásticas que en 2024, con la intención de no exacerbar la inflación ni afectar la capacidad adquisitiva de los usuarios.

A largo plazo, la tarea pendiente podría retomarse con mayor intensidad en 2026, cuando el escenario político sea más estable y se busque una solución estructural al problema de los subsidios.

Subsidios vs superávit

Los subsidios económicos representaron en 2024 casi cinco veces el superávit financiero del país, una cifra que pone en jaque las cuentas públicas. Aunque el ahorro logrado hasta ahora es significativo, la magnitud del gasto sugiere que el proceso de ajuste deberá continuar en los próximos años para aliviar la presión fiscal sin comprometer el bienestar de la población.

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