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En la semana que comienza, el Gobierno mostrará como gran éxito de la gestión que tras cinco meses de asumir lograron evitar el camino irremediable a una hiperinflación y en abril se llegó a bajar a un dígito el costo de vida en el país.

Estamos derrotando a la inflación, el gran cáncer del país, y por eso ahora nos dedicaremos a consolidar este rumbo sentando las bases para la recuperación económica”, sostienen, optimistas, en la Casa Rosada. “Para esto nos votó la gente”, agregan con tono triunfal.

Si bien ya nadie -ni propios ni extraños- creen en la recuperación en “V”, los más optimistas apuntan a una “U”, es decir, unos meses de baja actividad para luego comenzar lentamente a subir.

 

¿A qué se aferra el Gobierno? Ven una reacción del consumo a partir de la desaceleración de la inflación y el comienzo de la recuperación de los salarios y jubilaciones en términos reales. Para el oficialismo, ya se tocó fondo y de aquí en adelante todo irá mejorando.

¿Es suficiente para empujar hacia arriba la actividad y revertir la recesión? ¿Se tocó el piso?

Si hacés la comparación interanual seguro te da mal, pero si ves la mensual, de corto plazo, se nota en abril cierta recuperación en algunos sectores. Esto lo admite la propia CAME, con signos de mejora en el consumo”, señala un economista cercano al oficialismo.

También muestran datos como el de la mejora en la venta de autos usados. La Cámara del Comercio Automotor (CCA) informó que en abril se comercializaron 136.230 vehículos usados, lo que representó una suba del 4,66% comparado con igual mes de 2023. Las concesionarias adjudican la mejora a un “reacomodamiento de precios”, con bajas en los valores de los vehículos. Si se compara con marzo, el crecimiento llega al 28,56%.

Lo que ocurrió con los autos usados se da también en el sector del consumo masivo, donde distintos alimentos reacomodaron precios a la baja.

Pero no todos comparten este optimismo, y más que una “U”, ven una “L”. Se tocó fondo, pero no hay condiciones para la recuperación, solo continuará la recesión a estos niveles.

La industria y la construcción, dos sectores decisivos en la generación de empleo, registraron en marzo números peores a lo esperado por empresas. La construcción cayó 42% interanual en marzo, según el Indec, porcentaje marcado por el freno de la obra pública. Pero, además, el desempleo sigue creciendo en sectores industriales y en pequeños comercios. Con el derrumbe de 21 puntos en marzo, la producción fabril volvió al nivel de junio de 2020, en plena pandemia

Algunos ven que el poder adquisitivo de las familias tocó un piso pero no se va a recuperar. No vislumbran una reactivación que permita compensar la pérdida que tuvieron los salarios desde diciembre último. La demanda continuará muy baja en lo que resta del año. La economía será más chica.

La gran parte de los sectores fabriles terminaron el mes con menos producción que el año pasado. Solo se salvaron algunos rubros vinculados a la industrialización agropecuaria, como la molienda de oleaginosas o la producción de agroquímicos.

Pese a la leve mejora en las ventas que señalamos antes, las automotrices atraviesan una crisis muy fuerte, con riesgos de desinversión en algunas empresas. Esta crisis en las terminales automotrices genera especial preocupación por su impacto en el empleo y porque arrastra a una inmensa cantidad de pymes que constituyen la cadena de valor. Hay parálisis en la producción, suspensiones rotativas de personal, retiros voluntarios o directamente despidos.

Una situación en la que si se tocó fondo, se ve difícil el camino ascendente.

Si las expectativas oficiales apuntan a la llegada de inversiones, el mantenimiento del cepo cambiario es un freno que el Gobierno no se anima aún a quitar. Y esto juega claramente en contra a la llegada de dólares.

La Ley Bases cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados.

El Gobierno cifra sus esperanzas en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) que se debate en el Senado. Pero es improbable que salga sin modificaciones. La oposición apunta a que no sirve como plataforma de desarrollo y destruirá a la industria nacional, así como no deja ni un dólar de exportaciones en el país.

La inflación de abril rondará el 9 por ciento y este será el gran logro que mostrará el Gobierno para insistir en que se está en el camino correcto y que el gran esfuerzo, la motosierra y la licuadora están empezando a dar sus frutos. ¿Alcanza? ¿Comienza la remontada? ¿No se está demasiado abajo como para empezar a subir? Varias preguntas y posiciones encontradas a la hora de las respuestas.

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