La jueza federal electoral con competencia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, María Servini, había advertido sobre el mal funcionamiento de las máquinas para emitir el voto electrónico en esa ciudad. Incluso adjuntó un extenso listado de escuelas donde surgieron fallas. Dijo que utilizar ese mecanismo en las generales de octubre sería “una burla a la ciudadanía” al “volverla a someter a condiciones denigrantes”.

En respuesta, el grupo MSA, empresa proveedora del sistema de Boleta Única Electrónica (BUE) que contrató el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, consideró que el sistema utilizado en las PASO del último domingo “no falló” y que cumplió con todas las responsabilidades asignadas, en tanto que culpó por los inconvenientes que se registraron en la jornada a “una falta de coordinación entre los distintos organismos electorales”.

“Es falsa la información respecto del mal funcionamiento de los equipos de votación y, producto de esto, el impedimento a ejercer su voto por parte de los ciudadanos de CABA. Se entregaron 14.306 máquinas. Todas las escuelas contaban con un back up del 25%. Solo 251 presentaron fallas menores y esperables en el uso de cualquier tipo de tecnología, de las cuales 166 se repararon en el momento y otras 85 tuvieron que ser reemplazadas”, explicó la empresa en un comunicado enviado a Télam.

Según la compañía, esta cifra “representa menos del 2% del universo entregado” y se explicó que “la normalización de la contingencia es algo previsto y demora tan solo cinco minutos”, con lo cual “los votos no fueron afectados por las contingencias temporales en las máquinas”.

 

En un comunicado, difundido en las últimas horas, el grupo MSA asevera que “cumplió con el 100% de las responsabilidades asignadas por el instituto contratante”, el Instituto de Gestión Electoral (IGE) porteño.

“Las máquinas se entregaron en tiempo y forma para su correspondiente logística y distribución. Por lo cual, la empresa no es responsable de horarios de entrega ni de la disposición en los recintos. Además, es importante resaltar que cuentan con suficiente autonomía para todo el proceso electoral, sin la necesidad de estar conectadas a corriente eléctrica”, aclararon.

También explicaron que la empresa disponía de 2.300 asistentes técnicos para los establecimientos de votación -una cada ocho mesas-, pero que “por orden expresa vía oficio comunicada por el IGE, el sábado por la noche se redujo a 1.100 -siendo sólo un técnico por establecimiento-, sin importar la cantidad de mesas”.

“Los técnicos no son responsables del funcionamiento de la mesa. Las demoras por la concurrencia de sistemas, la tardanza en conformar una mesa por falta de autoridades, las autoridades de mesa no capacitadas o que no respetaron el sistema dispuesto de voto en M, escapa completamente a la responsabilidad de la empresa”, indicaron.

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