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El gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, anunció este lunes un informe que vincula al paracetamol (Tylenol) con un mayor riesgo de autismo en niños cuando se consume durante el embarazo. Según fuentes oficiales citadas por The Wall Street Journal y confirmadas por cuatro personas cercanas al plan, se recomendará a las mujeres embarazadas evitar este medicamento en las primeras etapas de gestación, salvo en casos de fiebre.
El anuncio también incluirá la promoción de la leucovorina, un fármaco habitualmente utilizado para contrarrestar efectos secundarios de tratamientos oncológicos y para la insuficiencia de ácido fólico. Ensayos clínicos preliminares sugieren que este medicamento podría mejorar la comunicación y la interacción social en niños diagnosticados con autismo.
La medida, impulsada por funcionarios como Robert F. Kennedy Jr. (secretario de Salud y Servicios Humanos), Marty Makary (FDA) y Jay Bhattacharya (NIH), forma parte de una agenda que Trump definió como prioritaria debido al aumento de diagnósticos de autismo en Estados Unidos.
No obstante, la comunidad científica se muestra cautelosa. Investigadores de Harvard y Mount Sinai habían publicado revisiones sobre un posible vínculo entre paracetamol y autismo, pero advierten que no existen pruebas concluyentes. Además, las principales instituciones médicas consideran que el paracetamol sigue siendo seguro durante el embarazo, siempre bajo supervisión médica.
El debate se enmarca en un contexto sensible: las declaraciones de Kennedy sobre supuestas relaciones entre vacunas y autismo –una teoría refutada por décadas de estudios– ya habían generado controversia. Ahora, la nueva iniciativa sobre paracetamol y leucovorina reaviva la discusión sobre las causas del trastorno del espectro autista y la necesidad de más investigación científica rigurosa.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada 31 niños de 8 años en Estados Unidos presenta autismo, frente a uno de cada 150 en el año 2000. Aunque se atribuye en parte al mayor diagnóstico y concientización, investigadores advierten que aún faltan respuestas claras sobre el origen de este aumento.
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