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Desde Río Gallegos al predio Tita Mattiusi de Racing Club. Desde el césped de la Liga de Fútbol Sur hasta las juveniles de uno de los grandes del país. Así de grande es el salto que dio Jairo Ebel, defensor chaqueño formado en el Atlético Boxing Club, quien este fin de semana apareció en una imagen que generó revuelo: fue fotografiado junto a Lautaro Martínez, delantero del Inter de Milán y campeón del mundo con la Selección Argentina.

La foto fue compartida por el Boxing en sus redes con el título “Un ex Boxing con un Campeón del Mundo” y rápidamente despertó orgullo entre quienes siguen de cerca el semillero local. El contexto es claro: Lautaro se encuentra en el país por la doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas y, en la antesala del partido de este martes ante Colombia en el Más Monumental, se dio una vuelta por el predio de Racing, club donde surgió y mantiene lazos. Allí lo recibió la nueva camada de juveniles, entre ellos, Jairo Ebel.

El recorrido de Ebel justifica la atención. Con apenas 16 años, el defensor categoría 2009 llegó a Gallegos a mediados de 2024 tras un paso por Instituto de Córdoba y por Ferrocarril Belgrano de Sáenz Peña, Chaco, su ciudad natal. En el Boxing no tardó en mostrar condiciones. Según relató Enrique “Kike” Martínez, coordinador de juveniles del club, Jairo entrenó una semana con su categoría y rápidamente fue subido a Primera por el DT Lucas Soto. Debutó contra Boca RG y luego alternó en Primera, Cuarta, Quinta y Sexta División.

 FOTO: PRENSA BOXING CLUB FOTO: PRENSA BOXING CLUB
FOTO: PRENSA BOXING CLUB

El talento del zurdo no pasó desapercibido. Fue observado durante un torneo en Río Gallegos por Marcelo Manso, captador de San Lorenzo, quien lo recomendó. En diciembre de 2024 se probó en Racing y, tras rendir en los entrenamientos, fue citado para la pretemporada 2025. Desde enero, Ebel vive en la pensión del club de Avellaneda y se entrena con la categoría juvenil correspondiente.

La visita de Lautaro y la foto junto a Ebel son una postal potente. Reflejan el recorrido posible: un ídolo mundial regresando a su casa formativa y un juvenil que empieza a escribir su propia historia en ese mismo lugar.

Para quienes conocen el esfuerzo que implica cada paso desde el fútbol del interior hasta una pensión de club grande, no es una imagen menor. En cada gesto, en cada entrenamiento, en cada partido, se juega mucho más que un resultado. Se juega un futuro. Y para Ebel, ese futuro ya empezó a tomar forma.

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