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La primera final tuvo de todo y dejó la sensación de que la llave seguirá al límite hasta el último minuto. En la cancha de Hispano Americano, UPP se impuso 3–2 a Independiente de San Julián gracias a un doblete de Jonathan Jofré y viajará con ventaja mínima a la revancha en San Julián. El “Rojo” mostró carácter, se repuso rápido al golpe inicial y llegó a darlo vuelta antes del descanso, pero en el segundo tiempo el “Lobo” corrigió, empujó y encontró el premio en tiempo extra.
El arranque pintó ideal para el local: a los 23 minutos, Jofré quedó mano a mano tras una asistencia precisa de Agustín Vera y definió con frialdad ante la salida del arquero para el 1–0. Independiente no se desordenó; siguió jugando y, con Thaiel Rocha como bandera, empató pronto para lo que muchos en los arredores de la cancha, interpretaron como “justicia en el marcador” por lo hecho hasta ahí. Cerca de los 40, un lateral en tres cuartos sorprendió a la última línea del “Lobo”: pelota larga al área, pique a espaldas de todos, anticipo sobre Gibrel Fussey y definición por arriba para el 2–1 visitante. Con ese golpe, San Julián se fue al descanso arriba.
La charla en el entretiempo reordenó a UPP. El equipo ganó metros, tuvo más pelota y consiguió el 2–2 con una jugada bien elaborada por izquierda: centro de Paiva y aparición de Velázquez —recién ingresado— para empatar. Desde allí, el local manejó mejor los tiempos, forzó retrocesos y, a falta de diez, la visita se quedó con uno menos por doble amarilla. En el epílogo, cuando el reloj marcaba 95, Jofré atacó el espacio en una contra, encaró, amagó frente al último defensor y cayó dentro del área tras un enganche: penal. El propio delantero se hizo cargo y selló el 3–2 que desató el festejo en la cancha.
Tras el final, Sebastián Luna (DT de UPP) resumió: “Sabíamos que iba a ser por detalles. No tuvimos un buen primer tiempo; en los dos o tres pasajes que pudimos, llegamos de contra y convertimos. Después, errores propios y dos goles que ni ellos esperaban. En el segundo ajustamos, tuvimos la pelota y ganamos terreno. Me molestó la actitud del primer tiempo; no era la adecuada para una final. Lo positivo es que ganamos en casa. Ahora a corregir y a llegar de la mejor manera a San Julián”.
Desde la dirigencia, Martín Cortés, presidente de UPP, puso el foco en la serie: “Venimos a tratar de cumplir, sabemos que estamos jugando contra el equipo más importante de la zona centro. No hicimos un buen papel en el primer tiempo, remontamos en el segundo. La fe puesta en los muchachos porque queda una final más; esto es paso a paso”. Y destacó al nueve: “Contento porque acá tenemos un historiador del fútbol barrial y ahora de la Liga Fútbol Sur. Este grupo confía plenamente en los que están; eso es lo importante”.
Por último, Jonathan Jofré describió sus sensaciones: “Arrancamos trabados. Después del gol no supimos enfriar el partido y, con dos descuidos nuestros, ellos se pusieron arriba. Pero confiamos en el equipo que tenemos; sabíamos que había que poner un poco más en el segundo tiempo y salimos con otra cara”. Sobre su racha en penales decisivos, explicó entre risas: “Sí, me vienen tocando penales importantes. Yo siempre estoy confiado en mí. Voy a patear con el palo decidido, pero está ese juego con el arquero: gestos, miradas, movimientos… y siempre una cuota de suerte”. De cara a la revancha, cerró: “Allá esperamos hacer lo mismo que acá, pero con una mejor actitud”.
Independiente se quedó con el sabor amargo de haber hecho un gran primer tiempo y de haberse llevado la peor parte en el tramo de detalles finos. Aun así, la serie está lejos de clausurarse: un gol en casa empareja todo y la localía puede pesar en la vuelta. UPP, por su parte, aprendió sobre la marcha, recuperó su intensidad y llega fortalecido desde lo anímico y futbolístico.
La llave se definirá el próximo fin de semana en San Julián. El margen es mínimo, la tensión máxima y el guion, conocido: como adelantaban en la previa, será “por detalles”. La ida dejó una enseñanza para ambos: en finales de este tipo, cada pelota dividida y cada segundo de concentración valen tanto como un gol. Ahora, el resto lo dirá la revancha.
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