Hace 40 años, el expiloto santafesino de automovilismo, y posteriormente político argentino, Carlos Reutemann, vivió una de sus mayores satisfacciones profesionales en la Fórmula 1 y regaló a los argentinos uno de los momentos más emblemáticos del automovilismo nacional, al consagrarse ganador del Gran Premio de Mónaco.

Faltaban casi 30 vueltas cuando se hizo presente la lluvia que cubrió las calles de Mónaco, pero ninguno de los pilotos paró para hacer el cambio de neumáticos, Lole tampoco.

Iban 55 vueltas cuando corredor francés Didier Pironi quedó fuera de competencia, quien debido a problemas mecánicosperdió el control de su vehículo e impactó contra un muro a la altura del Casino.

Tras su victoria, Carlos Reutemann sostiene el trofeo de ganador y saluda a la princesa Grace Kelly y al príncipe Rainiero.

Esto dejó al piloto argentino en la primera posición, seguido por Jacques Lafitte (Ligier) y Nelson Piquet (Brabham). Más allá de algunos problemas en su caja de cambios y del agua que mojaba el asfalto monegasco, Lole aguantó y cruzó primero la bandera a cuadros para una consagración memorable.

Ya en el podio, al lado de su alteza Rainiero y su esposa, la princesa Grace Kelly; y con su mujer de entonces, “Mimicha”, el santafesino se sintió Príncipe por una tarde. “Siento que esto fue una revancha, que llegó tarde. A lo mejor, demasiado tarde”, confesaba Reutemann.

Acá va el relato del triunfo de Reuteman, 40 años después

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