Un avión Learjet 25D, que era utilizado para transportar varados en el interior del país por el coronavirus, propiedad de la empresa Cedma, explotó antes de despegar luego de que le realizaran la recarga de oxígeno del botellón de cola.

Si bien el accidente no registró víctimas, se pudo observar en las cámaras de seguridad del aeropuerto la gran explosión y Héctor Gerk, piloto y propietario del avión sospecha que se trató de algo intencional, por lo que la jueza Federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, investigará el siniestro.

Según informaron fuentes del aeropuerto Internacional de San Fernando, el avión, alquilado por el gobierno de Tierra del Fuego para realizar vuelos sanitarios de urgencia, sufrió la explosión mientras se encontraba en plena pista de aterrizaje, en el tanque de reserva de oxígeno que se usa en caso de que se produzca una despresurización del vuelo.

Gerk denunció que alguien ajeno intervino en la nave, lo que generó el accidente. Al respecto explicó que el pico de la garrafa que se inserta en el estabilizador vertical del avión “tiene un tapón con una cadenita, el técnico se dio cuenta de que faltaba el tapón”.

Además, aseguró que “después de la explosión comprobamos que había grasa en el pico, cualquiera sabe que la grasa se inflama fuertemente en presencia de oxígeno puro” y agregó “pedimos que investigue con urgencia el juzgado porque tenemos motivos fundados para creer que fue un sabotaje”.

Leé más notas de La Opinión Austral