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Este viernes se dio una situación incómoda para el oficialismo de “La Libertad Avanza” en el Congreso de la Nación. Con una senadora menos y en medio del primer enfrentamiento público entre Patricia Bullrich y Victoria Villarruel, el Senado incorporó a los 23 de los 24 legisladores electos en octubre.
La rionegrina Lorena Villaverde no pudo jurar cuestionada por vínculos con el narcotráfico y una causa en Estados Unidos y su título volverá a la Comisión de Asuntos Constitucionales, lo que dejó momentáneamente al oficialismo con una banca menos.
Según informó BAE Negocios, la sesión duró apenas 45 minutos y estuvo marcada por la negociación previa entre los jefes de bloque, que encontraron una salida intermedia: devolver el caso Villaverde a comisión ante la falta de votos para aprobar su diploma. La vicepresidenta de la comisión, Alejandra Vigo, ausente por motivos personales, será clave en la definición del caso.
Villaverde se hizo presente brevemente en el recinto, pero se retiró luego de conversar con Patricia Bullrich. En los palcos, Martín Soria —senador electo por el peronismo y quien reveló la causa federal en EEUU contra la rionegrina— observaba el movimiento.
En los palcos oficiales estuvieron presentes Karina Milei, Diego Santilli y el jefe de Gabinete, Manuel Adorni. Según fuentes parlamentarias, Villarruel había mostrado reparos a la presencia de funcionarios del Ejecutivo en la ceremonia, pero finalmente ingresaron sin invitación formal, impulsados por la insistencia de Bullrich.
La relación entre Villarruel y la Casa Rosada atraviesa su peor momento. A la falta de diálogo se suman acusaciones cruzadas y episodios previos, como el desplante de Milei a la Vicepresidenta durante el Tedeum y los recientes “likes” de Villarruel a posteos que la sugerían como candidata presidencial en 2027.
En un recinto colmado, el momento de mayores aplausos llegó con la jura de Patricia Bullrich, vestida de blanco y acompañada por su familia. Desde el palco, Karina Milei le gritó: “¡Vamos, Pato!”, en una clara señal de respaldo político.
Tras finalizar las juras, Bullrich pidió la palabra para denunciar diferencias en el número de invitados permitidos —tres por senador— y señalar que algunos legisladores habían ingresado hasta nueve acompañantes. Villarruel se negó a habilitarle el micrófono y recordó que en la reunión de Labor Parlamentaria se había acordado que no habría discursos.
“Tengo que respetar el acuerdo de todos los bloques“, dijo Villarruel antes de levantar la sesión. Bullrich insistió, habló sin audio, pidió que se registrara por escrito y al final se acercó al estrado para reclamarle cara a cara a la Vicepresidenta. El gesto dejó en evidencia la disputa interna por el control político del Senado, donde Bullrich será jefa del bloque oficialista y buscará construir mayorías para avanzar con el Presupuesto 2026 y la reforma laboral.
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