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“Las reformas van a llegar, están en camino”, prometió el presidente Javier Milei a los productores agropecuarios. Un llamado a la esperanza y al apoyo a su gestión en el que se evitaron las precisiones, las fechas y los anuncios concretos.
En su discurso de inauguración de la Exposición Rural, Javier Milei les pidió paciencia a los dirigentes del campo, en un discurso -leído-, en el que no escatimó elogios para los locales. Los trató de héroes, de gigantes, sentenció que al país le va bien solo cuando le va bien al campo, reconoció que los gobiernos anteriores los maltrataron pero que esa etapa se acabó.
Pero la palabra clave fue “paciencia”.
Todo “cambio profundo” lleva tiempo “y decir otra cosa es mentirles”, les explicó.
“Nadie tiene tantas ganas como nosotros de salir de este modelo desastroso donde el Estado, entre retenciones y cepo, le expropia al campo el 70% de lo que produce”, pero, y aquí se remarca el “pero”, “no nos importa cuánta presión haya y de dónde venga, vamos a respetar el logro del equilibrio macroeconómico”, subrayó.
Hacía varios años que un Presidente no iba a la inauguración de la Rural. Las expectativas generadas por la presencia de Milei no tuvieron su correlato en el recibimiento del mensaje. Tibios aplausos y un entusiasmo contenido. Se había especulado mucho con los anuncios, incluso llegó a trascender públicamente que se le iba a dar definitivamente el predio de Palermo a la Sociedad Rural. Nada de eso pasó.
El cepo se va a sacar cuando la inflación esté cerca del cero.
Las retenciones se sacarán en el futuro, ni siquiera habló de una baja.
A lo único que se le puso fecha fue al final del impuesto PAÍS, que llegará en diciembre, previa una baja al 7,5% en septiembre.
La presencia del jefe de Estado llegó en un contexto de tensión con el sector del campo, que presiona por la liberación del cepo cambiario y la quita de retenciones, tensión que quedó reflejada en el duro comunicado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Antes del mensaje del mandatario, el titular de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, planteó: “Señor presidente, los productores necesitamos la certeza de que va a quitar las retenciones”.
El discurso dejó promesas, no certezas.
Fue un mediodía en que no se definieron situaciones problemáticas. Como no ocurrió con la relación tirante entre el Presidente y su vice, Victoria Villarruel. Hubo lejanía y frialdad en el saludo. Una lejanía que se vio también en lo geográfico. La sentaron lejos de Milei.
Un viejo tema de campaña sentenciaba que “nuestros días más felices, siempre fueron peronistas”. Ayer Milei cambió esa frase al asegurar que “es simplemente un hecho, una verdad inobjetable, que los días más felices de la historia argentina fueron los días más felices del campo”. Cambio de época. Clarito.
El mensaje de Milei en Palermo ingresó en la “zona de promesas”. Y como dice el gran tema de Gustavo Cerati -la versión junto a Mercedes Sosa es brillante-, “tarda en llegar y al final, al final, hay recompensa”.
Esa fue la respuesta a las expectativas el campo. Por la tibieza con que fue recibida, se podría aventurar que si tarda en llegar, al final sigamos alimentando los silobolsas.
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