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La danza interviene el espacio, capta la atención y cuando no hay música, incluso es posible imaginar cuál es el ritmo. La danza también puede contar historias, acercarlas a quienes no las conocen e invitar a reflexionar.

En las salas de los centros integradores comunitarios “Nuestra Señora del Carmen” y “Santa María de Belén” de Río Gallegos, un grupo de 14 bailarines y bailarinas se reúne desde abril para dar forma al taller territorial “La danza tiene memoria”, a cargo de la profesora Ana Lamas.

Lamas es parte del plantel docente de la Escuela Provincial de Danzas y comenzó a trabajar en coreografías que abordan la historia argentina a raíz de su interés por el cancionero de Mercedes Sosa.

El taller, que se inició en abril, se desarrolla en el marco del proyecto “Territorios: el derecho de habitar los espacios públicos”, del Ministerio de la Cultura de la Nación, que en la provincia se lleva adelante de manera articulada con la Secretaría de Estado de Derechos Humanos de Santa Cruz.

El taller está integrado por 14 bailarines y bailarinas de entre 25 y 60 años.

La invitación a dirigir el taller la recibió “feliz y con muchas ganas”, cuenta Lamas al suplemento Arte y Cultura de La Opinión Austral.

Allí se encontraron “varias generaciones de bailarines, algunos que ya son parte de otros ballets. También hay gente que por primera vez se acercó a la expresión corporal, a la coreografía y al planteo de que no sea solamente un gato o una chacarera tradicional, sino que tenga el sentido de contar la historia. Nos encontramos en este espacio y podemos expresarnos y compartir a través de la danza“.

Primer desafío

Más allá de las experiencias de cada uno integrando otros cuerpos de danza, como grupo cada paso ha sido un desafío.

“El primer desafío fue la primera presentación, se realizó en el Centro Chileno, estaban los nervios, los miedos, el qué dirán, fue lo más movilizante para todos. Al finalizar tuvimos una charla con uno de los representantes del Centro Chileno, que nos contó el cuadro lo atravesó un montón porque le pasó algo parecido con su hermano en Chile”.

“El otro desafío super importante fue en el cierre de la muestra, cuando bailamos para ‘Taty‘ Almeida (NdR: en septiembre), fue lo más importante y lo más difícil porque el corazón latía un montón“, cuenta.

“Una dice que ya hemos hecho presentaciones, pasamos la primera presentación de romper el hielo, que las que siguen son más fáciles por decirlo de alguna manera, pero siempre nos emocionamos por todo lo que dimos arriba del escenario, es expresar y largar todo lo que uno tiene y poder contagiar al espectador”, expresa y agrega que “cada presentación la vivimos con la emoción de haber bailado. La mayoría es gente grande que quizás vivió esos momentos históricos y a nosotros, que somos un poco más jóvenes, nos sigue emocionando, nos sigue poniendo la piel de gallina cada vez que tocamos esos temas“.

El taller “La danza tiene memoria”, después de la presentación de cierre en la FRSC-UTN.

Durante cada presentación hay un silencio atento del público. La danza, la expresión corporal, la música, los audios, el vestuario y cada elemento que eligen, como los pañuelos o las fotografías de desaparecidos, para contar esas historias que hacen a la historia argentina, confluyen y el resultado conmueve. Los sentimientos embargan al público, algunos se dejan llevar, otros intentan contenerse.

Te llena cuando sentís que transmitiste lo que querías transmitir
ANA LAMAS

“Las lágrimas del público te llegan, te llena demasiado cuando sentís que transmitiste lo que querías transmitir y el otro lo recepcionó y lo expresa entre lágrimas“.

Concluida la presentación, llegan los aplausos, las felicitaciones y los abrazos del público, pero también de los colegas bailarines.

El taller tuvo su presentación de cierre a fines de septiembre, cuando, en el marco del programa Empoderar, la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora “Taty Almeida” brindó una charla sobre Derechos Humanos en la Facultad Regional Santa Cruz de la UTN, pero continuará desarrollándose durante noviembre.

“El grupo humano es super lindo y hay ganas de seguir el año que viene, así que vamos a abocar todas las intenciones en continuar”, señala sobre una posible continuidad.

Todos estamos ahí por una razón, todos buscaban algo y creo que la mayoría lo encontró, en mi caso, poder contar la historia a través de los cuerpos de ellos y en el caso de ellos, buscar herramientas para el crecimiento de su danza y también encontrar algo distinto. Venían a la expectativa de ver qué es esto de ‘La danza tiene memoria’ y creo que la mayoría terminó satisfecha, con herramientas para continuar su danza y contenta por la producción que se hizo“, evalúa sobre estos siete meses de trabajo.

Lamas sostiene que “con la danza se puede contar de todo, no hay límite para la danza y para el cuerpo en esto de intentar que la historia no se cristalice, que la verdad se siga contando. La danza es una de las artes más completas en lo visual, de lo que se sugiere con la música, del vestuario, en tratar, por un instante, de transportar al público a ese momento y de siempre tratar de tocarlo desde el lado humano, de la forma más sincera posible”.

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