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“Un deseo profundo para mi vida, es poder vivir toda la vida bailando, no le llamo a morir bailando sino vivir bailando”, dice Perla Karen Flores, la paisana de Santa Cruz para el Festival Nacional de Malambo Laborde 2023.
Tenía seis años cuando sus padres la inscribieron a la Escuela Shehuen de 28 de Noviembre. “No tengo recuerdo de que la danza no sea parte de mi vida, crecí, crezco junto a la danza, no está en mis planes dejar de bailar”.
Para representar a la provincia, Perla eligió la figura de Carmen Villegas, la madre de Juan Esteban, “uno de los tres más jóvenes fusilados durante la Patagonia Rebelde”.
“Quise visibilizar el dolor de una madre al perder un hijo en una masacre como la que vivió nuestra tierra, marca la historia santacruceña de lucha que tenemos. La huelga obrera sucedió hace más de 100 años, no estamos muy lejanos porque las luchas continúan, la lucha de las madres del dolor, de Plaza de Mayo, de todas las madres que han perdido hijos en trágicas circunstancias sigue y a la vez, quise visibilizar la fuerza de la mujer que aunque está rota en mil pedazos se vuelve a rearmar y continúa adelante“, contó a La Opinión Austral.
En la noche del martes, la folclorista se presentó en el escenario, donde bailó una huella con Carlos Llauquén, de Río Gallegos, que interpretó a Juan Esteban. También recitó:
“Soy Carmen Villegas, ha muerto mi hijo Juan, Juan Esteban, mi niño.
Allí entre margaritas tiernas y entre el paisaje de un cielo, al sur de los cielos. Ha sido fusilada, sangre de mi sangre.
Apenas 17 años, apenas el comienzo de la vida, Dios mío. Apenas el comienzo de sus ojos, su pequeño aliento y su corazón de latido niño.
Fusilado, destruido, caído sobre bellas flores y ante los ojos agobiados, de unos pájaros espantados por la pólvora.
La pólvora, señores, tiene aromas que niegan la flor del hombre.
Juan Esteban, mi hijo. Es ahora esta flor. Que para la siembra de los tiempos, yo, Carmen Villegas, la sepulto en el viento”.
Para lograr la presentación de 4 minutos 47 segundos hubo un trabajo arduo. “Muchas personas me ayudaron, el dramaturgo Aníbal Albornoz Ávila de 28 de Noviembre, Mariluz Roldán de Caleta Olivia, Séptimo Ruggero de Comodoro y Luis Philemon de El Calafate”, destacó Perla.
Tras su presentación, reconoció “todavía no caigo de haber pisado un importante escenario” y agregó “estoy aprendiendo un montón. Me enorgullece como argentina que se realicen este tipo de festivales, que haya un lugar donde se puedan congregar a todos los bailarines, músicos, recitadores, locutores del ambiente folclórico. Que se difunda la cultura de cada provincia, me enorgullece como joven, como santacruceña y argentina”.
En Santa Cruz estamos marcadas por la lucha de las mujeres
Los resultados de los rubros que se presentaron este martes, se conocerán mañana. Hoy se presentará Lionel Cruz en Malambo Juvenil Especial, Isaí Ledesma Garay en Malambo Juvenil, Amir Llemaldin en Malambo Menor y Lautaro Driussi en Aspirante a Campeón Nacional. Más allá del resultado, el compromiso de Perla continuará “si esta vez no se da seguiré luchando para algún día lograr la consagración a nivel nacional”.
“A mi rol lo tomo con mucho respeto, orgullo y honor, es un camino que recién empieza”.
Cerrando, subrayó: “Todas las mujeres del mundo son valientes, pero creo que en Santa Cruz estamos marcadas por la lucha de las mujeres. Hace muchos años siempre éramos las que esperábamos silenciadas en la casa que nuestros maridos vengan del campo, de la mina, del petróleo, de la represa. Ahora, nos agrupamos, nos acompañamos y nos unimos en un mismo dolor y unidas salimos adelante fortalecidas, Santa Cruz tiene que visibilizar eso, la unión de las mujeres y la fortaleza que hemos logrado”.
“JUAN ESTEBAN: EL CORREO DE LOS HUELGUISTAS” POR LUIS MILTON PHILEMON, HISTORIADOR
El 13 de julio de 1904, a una humilde vivienda de la calle General Alvear a metros de Independencia (hoy Urquiza casi Fagnano) llegaría la más grande de las alegrías que siempre trae el primer hijo, en quien se depositan los mejores augurios, luego llegarían más. Su madre Carmen Villegas junto a su marido deciden que se llame como éste, Juan Esteban.
Juan tuvo una niñez como todo chico común hasta los 13 años cuando debe salir a trabajar junto a su padre para ayudar a mantener los seis hermanitos que le siguieron. Hechos en las rudas tareas de campo, los sorprende el convulsionado año 1921. Mientras el padre se va a esquilar a la zona de San Julián, Juan se queda por el Coyle, debiendo plegarse más tarde a la columna huelguista que marchaba hacia la estancia “La Anita”. Escuchará asombrado a Antonio Soto en las asambleas, a Schultz y Fariña, quienes deciden que sea el correo entre las columnas de la huelga.
Así es como llega el mes de diciembre, ya son más de 600 los compañeros de Juan reunidos en esa estancia. Hay muchas discusiones, malhumores, desazón. Se realiza la última asamblea y allí gana la moción de Fariña de entregarse al ejército que se encuentra acampado muy cerca y que les ha exigido rendición incondicional.
Soto y un grupo reducido deciden escaparse a Chile, pero Juan es de los que se quedan porque piensa en sus seis hermanitos y en su querida madre que lo esperan en el pueblo.
¿Lo que pasó? Leámoslo en las palabras de su padre en carta fechada en Río Gallegos el 5 de marzo de 1922.
“ llegó el ejército y fue reconocido. El Capitán Viñas Ibarra fue el que tomándolo del pañuelo que llevaba al cuello, le dijo “¡Haragán!, ¿No te dije que te fueras a presentar a Río Gallegos?, sinvergüenza, atorrante”.
Diciendo esto le pegó un formidable golpe de espada en la cabeza que lo dejó sin sentido. Ordenó que lo pasasen a la fila, a la fila de los pobres condenados que también, momentos después, morirían fusilados. ¿Fusilados? Masacrados con ensañamiento, por la espalda, a tiros, a sablazos, y hasta a cuchillo. Cumplida la orden de “fusilamiento”, mandó que lo ultimaran porque aunque herido de muerte aún estaba con vida. Un Cabo se adelantó y le disparó el tiro de “gracia”. Sacó el revolver y se lo descargó en la boca. Así terminó la existencia de mi hijo”.
Leamos también el relato del exsoldado Octavio Ramón Vallejos, que formara parte de los pelotones de fusilamiento, ofrecido el 18 de noviembre: “ en camino de esta estancia u otra, no sé precisarlo, encontramos un chico de unos quince años, quien dijo que buscaba trabajo. El capitán lo dejó, pero resulta que lo volvimos a encontrar dos o tres veces más. Se descubrió que era estafeta de los obreros. Fue fusilado con otros dos. Me llamó la atención la guapeza de este niño, pues cuando se vio ante el pelotón le gritó “¡Asesino!” al jefe. Luego cayó, uno de los dos balazos le había roto la lengua. La verdad que cuando es soldado, no se le teme a la muerte, ni se sienten mayores sentimientos ya que se nos predispone para matar, pero la muerte de este pequeño me produjo una honda aflicción que me cuidé de manifestarla a mis superiores”.
Juan Esteban fue fusilado en la tarde del 8 de diciembre de 1921 en uno de los últimos pelotones. Su existencia fue breve, apenas 17 años. Su tumba no tiene una cruz que lo señale. Nadie puede acercarse a ella a llevarle flores. Pero a más de 70 años de su muerte, una película recogió su nombre para contar una hermosa historia de amor basada en aquellos trágicos hechos, “Flores amarillas en la ventana” y en poco tiempo, su ciudad lo homenajeará imponiendo su nombre a una de sus arterias. La gente comenzará a nombrarlo. Se sabrá de su existencia. Quién fue y por qué murió.
Vaya este recordatorio como una plegaria a su memoria, para que Juan Esteban descanse en paz.
(Publicado en “Historias del domingo: Dominical” en La Opinión Austral el 19 de julio de 1998).
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