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En el marco de la 15° edición de la Feria del Libro Independiente y Autogestiva de Río Gallegos (FLIA) “Semillas”, Clau Bidegain presentó “Geriátriques, ensueño kármico”, su primera novela.
Anteriormente, había publicado “Algo no funciona. Cicatrices del silencio”, “Fracasos del ego” y “De vientre judío” y sobre su nueva obra, contó a La Opinión Austral: “Es una novela de astro ficción no binaria y musical. La gente va a poder sumergirse en un día en la vida de Elixir, una persona no binaria, que va a visitar a su abuela Esther al geriátrico. Esa institución funciona como un viaje al inframundo personal del personaje, que se enfrenta con una realidad tan cruda y cruel que llega a agobiarlo. Ahí es que aparecen las canciones, los mundos imaginarios en forma de escenas de comedias musicales, la presencia de la poesía y el lenguaje astrológico. Es una novela que va construyendo los perfiles de sus personajes a través de la información astrológica y arquetipal”.


En cuanto a la elección de tema, reveló: “Es un trabajo con material autobiográfico, pero ficcionalizado y con muchas licencias poéticas. Incluso hay dos capítulos que narran pesadillas, otros que describen estados alterados de la consciencia y el contacto con los planos sutiles, energéticos y vibratorios. Pero la inspiración viene de haber ido a visitar a mi abuela al geriátrico durante sus últimos años de vida, y de allí conocer personas que vivían en el hogar, con sus historias, sus formas de hablar y de comunicarse, sus dramas y alegrías”.
Proceso de producción
La escritura de “Geriátriques” inició en plena pandemia, en febrero de 2021, en Río Gallegos durante una clínica literaria con Fisión Ciruja. “Fueron dos meses de juntarnos todos los jueves varias horas con capítulos escritos a revisar. Después de unos meses, entre junio y julio nos volvimos a juntar para releerla, revisar y corregirla. Y finalmente la dejamos ‘reposar’ hasta noviembre que volvimos a leerla entera, y a acomodar los capítulos, dónde cortaba un capítulo y cómo seguía el siguiente, quitar redundancias, agregar partes que sentíamos que podían enriquecer el relato, trabajar sobre el principio y el final”, recordó Bidegain.
“Escribir una novela es como crear o gestar un universo”.
CLAU BIDEGAIN
A partir de allí, explicó “también empezamos a investigar y desarrollar conceptos e imaginarios astrológicos y musicales para que pudiera elaborar las ilustraciones de las imágenes arquetipales, inspiradas en los arquetipos planetarios (Saturno, Quirón, Lilith, Neptuno, Plutón) en diálogo con personalidades musicales: Ute Lemper, Boy George, Nina Simone, Lou Reed y La Prohibida. Como la novela está íntegramente escrita con lenguaje no binario, en coherencia con la identidad del protagonista, la idea era ‘transicionar’ sexogenéricamente las imágenes arquetipales a través de los cuerpos de los y las cantantes”.

En cuanto a los temas que subyacen al texto, expuso: “Siempre me ha interesado el tema del poder y el abuso de poder en las instituciones sociales, al igual que las llamadas “subalternidades feminizadas” (disidencias sexogenéricas, infancias, personas psiquiatrizadas, discapacitadas o personas jubiladas, por ejemplo) entonces sentí muy orgánico que el viaje heroico de Elixir fuera dentro de un geriátrico, y que al terminar la visita saliera cambiadx para siempre”.
Para cerrar, Bidegain observó que “el diálogo intergeneracional también se reproduce hacia adentro del relato, por el contenido polifónico que permite la escritura de una novela: las letras de canciones conocidas, poemas, información astrológica, reflexión sobre el lenguaje, flashbacks con las historias de los personajes. Escribir una novela es como crear o gestar un universo que ya formaba parte de unx, pero que hay que exteriorizar y ponerlo en palabras, para luego volverlo literario, estético, artístico”.
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