El deporte como herramienta de ascensor social, comienza a reproducirse con mayor frecuencia en Argentina. Un caso que viene a la memoria, es el de Brian Toledo. Un pibe de Marcos Paz que alguna vez no tuvo para comer y llegó a trascender en el atletismo argentino a raíz de las oportunidades que la jabalina le presentó en su vida. Con ese pensamiento, el de multiplicar posibilidades, Javier Lettieri impulsa la práctica deportiva en el barrio San Benito.

Muy cerquita del Secundario N°41, en la Calle 29 entre 14 y 16, el gimnasio de Javier le abrió las puertas a La Opinión Austral. Allí se encuentra el hogar de Depredadores Team, un equipo que propone un proyecto social en las periferias de la capital santacruceña. “La idea es brindarles a los chicos un espacio de actividad deportiva. Sabemos que este año, estuvieron recluidos en sus hogares y hubo pocas chances para canalizar cierta energía, queremos garantizarle el espacio”.

Combatiendo contra la meritocracia, esta iniciativa de Lettieri –también bombero de la Unidad Primera de Río Gallegos- propone la enseñanza gratuita en su gimnasio: “No hay interés comercial, es una propuesta solidaria. Acá no cobramos”. De inmediato, intentó explicar los motivos de esta invitación: “Para muchos, es dificultoso ir a la ciudad para poder hacer deporte. También somos conscientes, que el contexto pandemia, a muchos favoreció para subir las cuotas y eso es un obstáculo para los que menos recursos tienen“.

Depredadores Team, propondrá el acceso a veinte becas para la práctica del Jiu-Jitsu en Río Gallegos. Un arte marcial de origen japonés que reúne una gran comunidad de practicantes en el país. Martín Salvidia, es el profesor a cargo y Javier lo describe: “Es una persona de corazón grande y muy solidario”. Al mismo tiempo, el propio Salvidia contó que los alumnos podrán rendir prácticas oficiales para obtener su cinturón gracias a su vínculo con Fernando Vásquez, referente de la actividad en la ciudad.

La carta de invitación está dispuesta para todas las edades: “Todo joven que tenga interés de probar y sumarse a esta arte marcial, es bienvenido”. Mirando de reojo la actividad de algunos jóvenes en su gimnasio, con una sonrisa comentó: “Nosotros nos sentimos retribuidos cuando van realizando metas deportivas. Lo más gratificante es verlos crecer”.

Bajo el techo de ese reducto deportivo, Lettieri sostuvo: “Todo el equipamiento ha sido con esfuerzo nosotros. Es algo que ha salido gracias a la fuerza y el empuje”. Enseguida, confesó: “Algunos chicos vienen desde la ciudad para sumarse”. Con alma de voluntarismo, el bombero de la ciudad compartió: “Es algo que me surge, poder darle posibilidad a los que menos tienen”.

Por último, La Opinión Austral aprovechó el momento para conversar con Rodrigo, uno de los jóvenes que se sumó al proyecto: “Es un sentimiento hermoso poder integrarme acá. Me dieron una beca y no quiero dejar de perseguir mis sueños. Esto lo veo como una familia, somos todos hermanos. Nadie es mejor que nadie y nos esforzamos un montón”. Un interesante desafío para regalarle a una comunidad -con escasos recursos- un futuro diferente.

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