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Por Irene Stur

El crecimiento de Vaca Muerta ha expuesto una problemática significativa: la escasez de profesionales especializados en la Cuenca Neuquina. Representa todo un desafío la obtención de ingenieros y técnicos capacitados, imprescindibles para satisfacer la demanda de las compañías que buscan impulsar sus proyectos.

Para atraer a esta mano de obra calificada, las empresas se lanzaron a una competencia de beneficios, salarios y oportunidades de desarrollo. Una carrera que, de no ser satisfecha la demanda, podría incrementarles costos a las operadoras en un contexto donde los márgenes de ganancia son vitales.

Un informe de Principia Consultores, publicado por  Antonio Ojeda en MasEresalta el déficit en la formación técnica en áreas clave de la industria energética, pero también sobre las falencias educativas que hay en la región y en el país y el desequilibrio que ello implica.

Pero esa realidad en Neuquén, también en Santa Cruz, permite abrir los interrogantes sobre qué sucederá ante lo que todos esperan sea inminente: el anuncio de resultados positivos para un futuro desarrollo de Palermo Aike. Podría esta provincia vivir las mismas tensiones que hoy padece Neuquén.

Neuquén tiene 6,3% de desocupación y en Vaca Muerta falta mano de obra calificada.

En la meca de la producción petrolera hoy salen a buscar recursos humanos en otras provincias e incluso en el extranjero. Mientras tanto, la ciudad de Neuquén (único conglomerado medido en esa provincia) marca una de las tasas de desocupación más altas de la región (6,3%), cuando la lógica debería decir todo lo contrario.  Y la explicación es sencilla. Si bien hay mucha gente buscando empleo, la misma no está lo suficientemente capacitada para satisfacer la demanda de trabajadores que requiere un sector tan específico como es el energético.

Paradojas

Este escenario se complica aún más por la elevada rotación del personal. La competencia por contar con los recursos especializaos termina dificultando la estabilidad operativa y generando costos adicionales por la necesidad de reclutar y capacitar nuevos trabajadores.

Una combinación de factores explica la crisis de talento en Vaca Muerta. Las instituciones educativas locales no han evolucionado al ritmo necesario para generar el volumen de profesionales requeridos, mientras que otros sectores, como la minería y la construcción, también compiten por estos mismos perfiles laborales. Además, las condiciones laborales en los yacimientos, caracterizadas por su lejanía geográfica y exigencias climáticas, desincentivan a muchos profesionales.

Palermo Aike se acerca a ser una realidad incipiente, ¿contará con los profesionales?

Y como se dijo más arriba, a esto se le suma la doble realidad en la Patagonia que queda reflejada en las tasas de desocupación: mientras en Neuquén la tasa alcanza el 6,3% y en Río Negro se sitúa en un 0,9%, la falta de capacitación y la alta competencia por perfiles especializados en Vaca Muerta generan un crónico déficit de talento. Por otro lado, en otras zonas de la región, como Chubut y Santa Cruz, las tasas también fluctúan, lo que suma un cuadro complejo a la situación laboral general.

De hecho, en esta última provincia las expectativas puestas en futuras y positivas definiciones sobre Palermo Aike abren el interrogante sobre esa “escasez” de profesionales que hoy sufre su “hermana mayor”. De acuerdo a Principia Consultores, si se adoptan políticas adecuadas y se cuenta con la colaboración de todos los actores involucrados, es posible superar los obstáculos actuales y garantizar el crecimiento sostenible de la industria energética en Argentina.

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