Se inició en el básquet cuando tenía tres años y a los 11 se lo comenzó a “tomar en serio”. Con entrenamientos más completos, fue mejorando su rendimiento y se dio cuenta que en Río Gallegos había llegado su techo. Con 15 años, Catalina Gómez Bull dejó el Club San Miguel y se sumó a Obras con el objetivo de seguir creciendo deportivamente.
Hasta hace pocos meses, Catalina Gómez Bull jugaba para el Club San Miguel de Río Gallegos. Luego de haber participado en un entrenamiento a mediados del año pasado y repetir la experiencia y asistir a una prueba, tomó la decisión de irse a vivir a Buenos Aires para jugar en Obras Sanitarias.
Tomar la decisión no fue fácil, ya que significó alejarse del colegio, las amistades y la familia, sin embargo fue un proceso natural que la hace seguir su deseo de crecer deportivamente.
“Estoy practicando básquet desde los tres años más o menos, ahí no me lo tomaba en serio, fue cuando comenzó el Club San Miguel, que lo fundó mi papá, me mandó ahí y arranqué con él, principalmente para llenar de nenes el club. Después, como a los 11 me lo quise empezar a tomar en serio porque me gustaba mucho, empecé a hacer fierros, ir al gimnasio, entrenaba mejor y con el club llegamos al hexagonal final tres veces de la liga nacional (campeonatos argentinos) de clubes, ahí también me habían visto entrenadores de la selección. Estuve en una concentración en 2016 y ahí ya había crecido bastante, en el momento en que me di cuenta que en Santa Cruz como que tenía un techo, decidí irme porque es lo que me gusta y preferí seguir”, cuenta a Latidos.
El año pasado, para los Juegos EPADE, Gómez Bull se coronó campeona integrando “Las Chinitas”, dirigidas por Maxi Olmos.
“El año pasado también me había llamado para la Araucanía, pero por un problema del colegio no pude ir, tengo 15 años y la Araucanía es U19, así que me quedan años para jugarla todavía”, comenta.
El club y el colegio
Instalada desde enero en Buenos Aires junto a su hermana Pilar, quien está cursando sus estudios universitarios, Catalina cuenta cómo ha sido el proceso de adaptación.
“El ambiente es muy lindo, mis compañeras son todas muy copadas, me siento bien dentro del club, que creo que es lo más importante, prácticamente estoy sola acá y tener gente que sea buena onda todo el tiempo me sirve mucho. Al colegio voy con compañeras del club que son reclutadas como yo, me adapté bastante rápido. En el club también estoy re adaptada”.
Además, al vivir en Buenos Aires fue convocada por el cuerpo técnico y hace un mes está asistiendo a los entrenamientos semanales de preselección argentina categoría U15-U16.
A la espera del inicio del Torneo Metropolitano de la Asociación Femenina de Básquet, que comenzará el próximo mes, Catalina está segura de su decisión. “Al principio estaba muy nerviosa porque me vine dejando todo, tengo todo allá en Gallegos y vengo para intentar, no sé si me va a ir bien o mal, pero lo vengo a intentar. También estoy muy contenta porque es lo que me gusta y estoy acá por eso, el apoyo de la gente de Santa Cruz, de mis amigos, mi familia, me ayuda muchísimo y me hace extrañar menos”.
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