Your browser doesn’t support HTML5 audio

Si la victoria sobre Federación Deportiva del sábado a la noche fue un desafío muy ajustado que los celestes ganaron por un solo punto, el encuentro contra Petroquímica del domingo fue una clara demostración de un nivel distinto en cuanto a juego, velocidad y eficiencia para los dueños de casa frente a los comodorenses, con un transporte de la pelota que es un gusto ver en rapidez.

Mas allá del resultado aplastante que obtuvo Hispano de 84 a 49, el nivel celeste se agrandó notablemente ante un rival que le opuso una resistencia efímera cuando Zuriel Fernández igual que en el primer encuentro, se transformó en el ariete celeste en la zona pintada de los verdes, donde se volvió a ver su entrega y su resistencia a todo tipo de marcas, con el acompañamiento de los Acosta (Nicolás y Agustín) y el sobresaliente trabajo del resto, tanto de Yuthiel Da Silva, Sendes, Almonacid, el escurridizo Tiziano Muñoz, Soules, Segura y el flaco Tagliotti con la puesta en escena de la humanidad grande del sanjulianense Ezequiel Veronese y ni hablar de los mas chicos como Benjamín Infante que las hizo todas.

Hispano fue mas desde el inicio con un primer cuarto relampagueante y con un parcial de 20 a 10 que marcaba las diferencias y que le confirmaba a la visita que no iba a ser fácil ni mucho menos, aunque cuando se entró en el segundo cuarto los comodorenses crecieron un poco en el tablero para acercarse a 5 puntos cuando el tablero marcaba 24 a 19 pero duró solo un rato porque promediando el parcial ya los dueños de casa tomaban otra vez distancia con los esfuerzos espectaculares de Zuriel Fernández cada vez que ingresaba al juego.

FOTOS: JUAN PALACIOS/LOA

El aporte de Agustín Acosta primero fue notable para dominar incluso lo que intentó el rival y con la particularidad de haber encontrado el punto débil a un Germán Ezcurra que había hecho estragos en el partido jugado en Comodoro pero que en el Tito Wilson los locales le descubrieron el “pelo al huevo” y no le dieron espacio a pesar de los momentos voluntariosos del resto como lo que intentó Darío Nuñez o Joel Melgarejo, ni tampoco el despliegue de Matías Subiabre a pesar de su volumen.

Así se fue diluyendo el intento de la visita sobre un local que las tenía todas a pesar de que de distancia fallaron bastante en el primer tiempo, pero de todos modos se llegó a un 37 a 23 que marcaba el predominio que se podía apreciar en el juego en un cuarto parejo (13 a 13) donde los celestes aguantaron la diferencia a favor.

El tercer cuarto fue determinante porque las diferencias aumentaron considerablemente a tal punto que promediando el parcial, Hispano logra doblar la distancia en el tablero con un determinante 64 a 32 que ponía todo en claro y daba una idea de lo que pasaría al final si no había cambios notables y así fue, porque en el último cuarto con el resultado a favor, Hispano siguió dominando y tuvo momentos de lucido juego, con pases de faja y con jugadas llamativas que Petroquímica no pudo evitar y los celestes terminaron de agrandarse.

Hispano ganó bien, rotando todo su banco y destruyendo cualquier intento rival y los chicos de Zalazar sumaron considerablemente, aplicando lo que aprendieron durante años en el mismo escenario donde aplastaron a los de Comodoro, un poco como revancha  del partido jugado en casa de ellos cuando a pesar de llevar la voz cantante, Hispano perdió por un punto (87 a 86), pero la venganza es el placer de los dioses, y los celestes la marcaron desde su Olimpo propio.

Los festejos finales se hicieron notar como siempre, con el aporte de la tribuna que si bien no estaba tan colmada como el viernes a la noche, tuvo su marco de apoyo considerable con el público celeste que es incansable a la hora de aportar y de utilizar la garganta, por lo que esta fue no fue la excepción, y el Tito Wilson se lleno de amor celeste.

 

Leé más notas de Carlos Zapico

Ver comentarios