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El Club San Miguel, uno de los referentes del básquet en Río Gallegos, ha recibido un importante impulso en su proyecto de tener una sede propia. La Municipalidad de Río Gallegos anunció la entrega de un subsidio de 25 millones de pesos al club, destinado a la remodelación de un predio recientemente alquilado sobre la calle Sureda. El espacio contará con dos canchas y una sala de reuniones, consolidando el esfuerzo de la institución por ofrecer un lugar propio para sus actividades.
El anuncio fue realizado durante una visita del Intendente Pablo Grasso, acompañado por un grupo de funcionarios locales, incluyendo a la Diputada Provincial Agostina Mora y al jefe de gabinete Diego Robles. Tras recorrer las instalaciones, Grasso confirmó la colaboración económica y expresó su apoyo a las instituciones deportivas de la ciudad, destacando su rol como espacios de contención y desarrollo para la juventud. El presidente del Club, Ian Schorr, agradeció el respaldo recibido, calificando el momento como “trascendental” para la entidad, que se sostiene gracias al compromiso de las familias de los jugadores.
Además del subsidio, se acordaron futuras acciones conjuntas entre el Municipio y el club, incluyendo la organización de eventos culturales y deportivos. Estas actividades buscan consolidar la presencia de San Miguel en la comunidad, más allá del ámbito competitivo, y convertir su futura sede en un punto de encuentro para la ciudad.
Un presente con desafíos en la cancha
En lo deportivo, el club continúa con su participación en el Torneo Pre-Federal de Chubut, donde, a pesar de no haber conseguido aún su primera victoria, ha mostrado signos de mejora. Recientemente, San Miguel se enfrentó a Federación Deportiva en un partido disputado en el CePARD, cayendo por 79 a 66, pero con un rendimiento que dejó buenas sensaciones. Mariano Zorzoli, director técnico del equipo, resaltó en diálogo con La Opinión Austral, la evolución mostrada, especialmente en comparación con encuentros previos: “Sentimos que recuperamos algo de lo bueno que habíamos hecho en partidos anteriores. El equipo respondió hasta donde nos dieron las fuerzas”, señaló.
El plantel, que compite en condiciones adversas frente a equipos más experimentados y mejor armados, se mantiene enfocado en su objetivo de seguir creciendo. Zorzoli reconoció la dificultad de la categoría, pero valoró el compromiso de sus jugadores: “El cansancio nos juega en contra, pero la entrega del equipo es fundamental”, declaró.
A pesar de los retos, tanto dentro como fuera de la cancha, San Miguel apuesta a un futuro sólido. Con el respaldo municipal y el esfuerzo diario de sus integrantes, el club no solo busca consolidarse en el ámbito deportivo, sino también construir un hogar propio que será un símbolo de su identidad y de la perseverancia de toda la comunidad que lo apoya.
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