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La Secretaría Nacional de Energía quitó los precios máximos de referencia y lo reemplazó únicamente por “precios de referencia” sin tope, para favorecer la competitividad y la inversión.
Según detalla la Resolución 216/2024 que fue publicada este lunes 19 de agosto, en el Boletín Oficial, las normas que se regulen sobre el Gas Licuado de Petróleo deben propender a la competencia.
El objetivo de la medida, es “dejar de obstruir el ejercicio de las libertades individuales en el ámbito contractual conforme los principios de libertad de mercado” y esta decisión “producirá una mayor eficiencia en lo económico y estimulará la inversión produciendo una mejora progresiva en cuanto a una amplia competencia logrando elevar al mercado de GLP local a estándares internacionales”.
Sobre este tema fue consultado Fernando Subirats, vendedor local de dicho recurso, quien contó a La Opinión Zona Norte que, esto impactará directamente “cuando pongan precio y referencia porque uno no va a ver en realidad los productos si se encarecen por el transporte, por el flete”.
En este sentido, explicó que “si tiene un precio fijo de referencia, se puede llegar a perder cuando te fijen un precio” y aclaró que “el precio de la garrafa de 10 está 24 mil pesos y la de 45 está a 95 mil pesos”.
El GLP es la fuente de energía para equipos de calefacción, neveras, lavadoras, chimeneas y cortacéspedes, entre otros artefactos.
Es por ello que Subirats lamentó la medida, porque se vería reflejada principalmente en la demanda. “No todos tienen acceso a gas natural e igual lo van a necesitar, pero van a cuidarse más y van a comprar menos”, analizó.
Por otra parte, indicó que en ese comercio cuentan con “rotación todas las semanas”, debido a que en Caleta muchas familias dependen de este servicio para su vida diaria.
Finalmente, fijó su postura ante la posible desregulación y contó que “el viernes llegó el camión con gas y nos informaron que viene un aumento desde el 50 al 80 por ciento el valor de la garrafa”.
“Así que si llega a venir va a ser una locura, porque por ahí es insostenible que una familia pueda pagar 40.000 pesos una garrafa. Hoy con 24.000 ya le sale pesado, imagínate si llega a subir más”, resaltó.
Y cerró: “Habrá que ver la forma de seguir trabajando. Capaz, que uno resigna unos pesos de la ganancia, pero para que la gente pueda seguir comprando esto, el gas es casi como el agua, elemental para la vida diaria”.
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