Your browser doesn’t support HTML5 audio

Beatriz Desimoni, más conocida como doña “Pocha“, llegó desde la provincia de Salta hasta Caleta Olivia a bordo de un barco y luego de un camión ruso. En el barco en el que viajó desde Retiro hasta Comodoro Rivadavia venía ella con su esposo y otras dos parejas recién casadas. Cuando llegó a la localidad recuerda que habían pocas casas y muchos arbustos. Su primera casa fue un rancho de chapa y madera que después se voló quedó destruido por el viento.

“Con mis 13 años vi crecer a Caleta Olivia y me emociona porque siempre quiero ver a la ciudad bien; voy a cumplir 80 años, toda una vida en la ciudad, siempre trabajando y luchando; soy una vieja que ama Caleta Olivia no me quiero ir de acá, tengo oportunidad de irme a Mendoza o Neuquén, pero me quedo acá junto a mis cinco hermosos hijos”, recordó Pocha en diálogo con La Opinión Zona Norte, en su heladería de la avenida Independencia de la localidad.

En una mujer que luchó día y noche para llegar al lugar donde está. Trabajó en centros de salud, como empleada doméstica, en mercados y agradece a la ciudad de Caleta Olivia todos los logros que tuvo junto a su familia. “La ciudad me brindó una mano, me dio mucho y le pido a la gente que cuide, que sea más localista y no se vaya a gastar a otros lados”, mencionó y agregó que, a pesar de tener la opción de radicarse en otra provincia, “no me iría de Caleta Olivia porque la amo“.

Pocha le contó a este medio que la empresa familiar que tienen nació por un aviso en un diario que leyó su hijo Fabián. Ella trabajaba en una clínica cuando, hace más de 30 años, su hijo le comentó que había leído que buscaban vendedores para Frigor. Recordó que en la reunión con el representante de la marca, les preguntaron si tenían camioneta o algo con que arrancar, y ella dijo que no y que solo tenía manos y ganas de trabajar. La heladería tiene 33 años, tiene una fábrica hace 26, más de 70 empleados y cuatro locales, 3 en Caleta y otro en Cañadón Seco.

Finalmente, la vecina caletense, manifestó “estoy muy agradecida a la ciudad por todo lo que me dio y tengo la meta de hacer algo acá para los chicos de Caleta, un proyecto que va a ser una sorpresa para todos, pero todo depende de que Dios me ayude con salud. No quiero quedarme, quiero ser una vieja o una mujer que deje algo para los chicos”, cerró Beatriz Desimoni en diálogo con La Opinión Zona Norte.

Leé más notas de La Opinión Zona Norte

Ver comentarios