Apenas una docena de educadores, sin pecheras ni guardapolvos, se convocaron a media mañana en la filial del gremio y desde allí caminaron menos de veinte metros para llegar a la sede de la Dirección Regional de Escuelas Zona Norte.
El objetivo fue reclamar por la falta de pago salarios correspondientes a varios meses que afecta a un número no precisado de trabajadores debido a un confuso cambio del sistema administrativo instrumentado por el Consejo Provincial de Educación.
En ese edificio no se encontraba el titular del organismo local, Alejandro Maidana, por lo cual las quejas fueron planteadas a personal administrativo.
Varias instancias influyeron para que la medida de fuerza tuviera escasa repercusión: la advertencia del CPE de descontar los días de huelga y el hecho que recién ayer comenzaba formalmente el ciclo lectivo 2018 debido a la extensión del anterior.
A ello se suman las fuertes críticas hacia los maestros por parte de padres de alumnos, teniendo en cuenta que durante 2017 la cantidad de días de clases dictadas en muchas escuelas fue insignificante.
Esto motivó que no pocas familias decidieran enviar a los chicos a escuelas privadas, a pesar de los altos costos que ello demanda, y uno de los claros ejemplos se percibió en la Escuela N° 74 de esta ciudad, donde se redujo notablemente la matrícula.
Pese a todo, la dirigencia gremial que ya no tiene tanto apoyo de las bases, continúa con sus críticas hacia los Gobiernos Provincial y Nacional.
De este último dice que no dio muestras de garantizar el aporte del 8% que prometió el año pasado para compensar la caída de los salarios, en tanto que al provincial le sigue reclamando el ofrecimiento de una pauta para este año.

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