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Este martes 16 de diciembre se cumplió un nuevo y doloroso mes del brutal femicidio de Antonella Aybar, crimen que sacudió a la provincia de Santa Cruz el pasado 16 de mayo de 2025. La memoria de la joven emprendedora se mantiene viva gracias a la movilización constante de sus seres queridos y de diversos colectivos que exigen celeridad y justicia efectiva por parte del sistema judicial.
Antonella fue víctima de un crimen de género a manos de su pareja Nicolás Moyano, quien terminó por quitarse la vida. Desde entonces, el caso ha estado marcado no solo por el horror del hecho en sí, sino también por las graves controversias que rodearon la actuación policial en las horas posteriores al ataque.
La investigación, que se tramita ante el Juzgado de Instrucción N° 1, ha sido objeto de escrutinio constante. Un punto central de la repercusión mediática y comunitaria fue la posterior investigación interna dentro de la Policía de Santa Cruz. Tras el femicidio, se iniciaron sumarios para determinar responsabilidades, lo que llevó a la remoción de al menos doce efectivos de sus puestos por presuntas omisiones o fallas en la respuesta inicial al ataque.
A siete meses del hecho, la movilización de su familia no cesa. Mario Aybar, el padre, organiza misas en memoria de la joven y pide que no se olviden de ella. Organizaciones locales y la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA) han sido voces constantes en el reclamo por mayor compromiso institucional para erradicar la violencia machista. La figura de Antonella se ha convertido en un símbolo de las víctimas que merecen protección y una respuesta estatal inmediata.
La comunidad recuerda a Antonella no solo por la tragedia sucedida en mayo pasado, sino también por su vida, manteniendo viva su memoria en cada momento, cada publicación en las redes sociales y cada acto de repudio a la violencia de género.
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