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La provincia de Santa Cruz, y en particular la localidad de Caleta Olivia, atraviesa un profundo duelo tras conocerse el fallecimiento del padre Ramón Osikovsky, a los 94 años.

Nacido en Buenos Aires el 6 de julio de 1931, fue hijo de Aniel Osikovsky y Weneta Arsova. Ingresó muy joven a la Congregación Salesiana: realizó su primera profesión en San Justo el 31 de enero de 1951, emitió los votos perpetuos en Bernal el 24 de julio de 1956 y recibió la ordenación sacerdotal en Córdoba el 20 de noviembre de 1960.

Docente de formación —Maestro Normal Nacional y Profesor de Español y Geografía—, supo conjugar la enseñanza con la pastoral de manera natural: transmitía con claridad en el aula, predicaba con sobriedad y acompañaba los procesos con paciencia.

Itinerario apostólico

Su ministerio combinó siempre la educación y la vida parroquial, tanto en barrios del Gran Buenos Aires como en comunidades de la Patagonia austral. Entre sus destinos se cuentan:

  • Pío IX (CABA): 1961–1962
  • Santa Catalina (CABA): 1971–1974
  • La Cava – Béccar: 1975
  • San Antonio: 1976–1978
  • San Justo: 1979–1984 — párroco
  • Pico Truncado (Santa Cruz): 1985–1989 — párroco y vicario
  • Ushuaia (Tierra del Fuego): 1990–1991 — vicario y párroco
  • Caleta Olivia (Santa Cruz): 1992–1994
  • Río Gallegos (Santa Cruz): 1994–2000
  • Pico Truncado (Santa Cruz): 2000–2001
  • Ramos Mejía (Buenos Aires): 2002–2004
  • San Justo (Buenos Aires): 2005–2007
  • Caleta Olivia (Santa Cruz): 2007–2009
  • Río Grande (Tierra del Fuego): 2018–2020
  • Ushuaia (Tierra del Fuego): 2024
Fiel al estilo de Don Bosco, el Padre Ramón transmitió un modo de educar con paciencia, sobriedad y confianza en María Auxiliadora.

En Caleta Olivia vivió dos etapas significativas de misión, entre 1992–1994 y 2007–2009, donde acompañó la vida parroquial, la catequesis y la pastoral juvenil.

Quienes lo conocieron destacan su manera de ser sobria, firme y cercana: un sacerdote que sabía hacerse presente sin estridencias, educar con paciencia y sostener procesos de fe con serenidad. Vivió la espiritualidad de Don Bosco con sentido práctico y filial confianza en María Auxiliadora.

Un legado agradecido

Tras más de siete décadas de vida religiosa y más de seis décadas de ministerio, el Padre Ramón deja un testimonio de fidelidad constante y entrega generosa.

Queda su ejemplo de sacerdote educador y pastor disponible, que sirvió allí donde hacía falta”, expresaron desde la comunidad salesiana de la Patagonia.

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