Peligro en Santa Cruz: una nena de ocho años se contagió de Salmonella tras comer una hamburguesa

Lo que parecía una cena rápida y sin complicaciones terminó en pesadilla para una madre y su hija en Caleta Olivia. Una hamburguesa mal cocida derivó en un cuadro grave de salmonelosis que dejó a la menor internada, deshidratada y fuera de la escuela por más de dos semanas.

En la ciudad de El Gorosito, el caso de Paula Obaya y su hija de 8 años sacude a la comunidad. La niña, tras ingerir apenas unos pocos bocados de un medallón con carne rosada en un conocido establecimiento, comenzó a sufrir fiebre alta, vómitos y diarrea incontrolables en la madrugada del martes 25 de marzo pasado.

Rápidamente, debió ser al Hospital Zonal “Padre Tardivo”, donde los médicos confirmaron el diagnóstico: salmonelosis, una intoxicación alimentaria potencialmente peligrosa.

“Mi hija estuvo muy mal, deshidratada… No había forma de reponerle líquidos porque todo lo que tomaba lo vomitaba“, relató Paula a los colegas del portal El Caletense. La pequeña perdió peso de manera abrupta y, lo más doloroso para la familia, se vio obligada a ausentarse de la escuela durante semanas mientras luchaba por recuperarse. Paula, por su parte, sufrió un cuadro de gastroenteritis, aunque menos severo.

El detalle que indigna a la madre es la respuesta del local ante su reclamo. Según contó, al comunicarse vía WhatsApp, recibió una defensa cerrada: “Tienen los mejores estándares de higiene“. Pero lo que más le dolió fue enterarse de que los dueños acudieron a Bromatología para indagar si había una denuncia formal. “Les quiero decir que estamos en proceso”, advirtió Paula, decidida a que el caso no quede en el olvido.

La carne picada mal cocida es un vehículo conocido de bacterias como Escherichia coli, salmonella y listeria. En Argentina, aunque su consumo está prohibido en menores de 5 años, este caso revela que los mayores tampoco están exentos de peligro. “La salmonela puede ser mortal“, recordó Paula, quien usó redes sociales para alertar a otros padres. La falta de control en la cocción —algo que cualquier caletense podría pasar por alto en un medallón jugoso— se convirtió aquí en una amenaza real