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El dolor por el femicidio de Antonella Aybar (23) sigue intacto a tres días del fatal desenlace en una vivienda del barrio 13 de Diciembre de la localidad de Caleta Olivia. Nicolás Moyano (25), con quien tenía una relación amorosa desde hace siete años y convivía hace dos, le arrebató la vida de la manera más cruel, apagando todos sus sueños. Su padre, Mario Aybar, había declarado que su hija era “una reina“, y que la pareja “era ideal, perfecta y ella nunca había mostrado alguna señal”.
El domingo pasado, familiares y amistades de la joven le dieron el último adiós, un momento colmado de angustia e indignación del que participó su madre, quien viajó desde Buenos Aires. Fuentes judiciales que dialogaron con el diario La Opinión Austral habían dado a conocer que, el sábado anterior, los restos de la mujer fueron sometido a autopsia en una morgue de la zona norte de la provincia. “Los resultados se darán a conocer muy pronto”, informó la fuente.
Antes de que el femicida agrediera de muerte a Antonella, lesionó a su madre, una docente llamada Estella Maris Ganga que forma parte de cuerpo directivo de un establecimiento educativo de la ciudad caletense. La mujer salió a la calle fue auxiliada por un vecino que llamó a la Policía de Santa Cruz y fue trasladada a las instalaciones del Hospital Zonal “Padre Pedro Tardivo”, donde le realizaron curaciones y quedó internada. LOA conoció que está fuera de peligro.
Mucho se habló del papel que cumplió la fuerza de seguridad desde que llegaron al domicilio, a las 06:40 horas, hasta que entraron y encontraron de los jóvenes. Mientras la Policía sostiene que la Justicia se tomó su tiempo para ordenar el ingreso, fuentes judiciales deslizaron que “nunca se recibió un pedido de ingreso ni allanamiento“. El Código Procesal Penal indica que la policía puede entrar a una propiedad sin una orden judicial en situaciones de urgencia o peligro.
Declaración de Ganga
La mujer declaró que llegó a su casa a las 5:45, ingresó y escuchó ruidos de la habitación de su hijo, pensó que eran risas, hasta que escuchó que la joven gritó “no, Nico“, motivo por el cuán entró en el interior del dormitorio y vio que su hijo la estaba golpeando. En ese instante, su hijo la insultó, salió de la habitación, tomó un cuchillo de la cocina y la atacó; ella le sacó el arma y, al darse cuenta de que la había herido, salió corriendo de la casa mientras su hijo le decía que ingrese e iban a hablar.
En ese instante un vecino llamó a la policía y cuando los efectivos se presentaron en el lugar la mujer les indicó lo que había ocurrido, señaló a la vivienda y pidió que ingresen porque su hijo estaba dentro con su nuera que se encontraba visiblemente lesionada. Sin embargo, por alguna razón que será materia de investigación, los uniformados no ingresaron. En su declaración con el personal de la Comisaría de la Mujer, cuando le preguntaron nuevamente si autorizaba a ingresar a la vivienda, indicó que sí.
Finalmente, LOA conoció que el vecino también declaró ante la Justicia, indicó que “ella le contó a los muchachos (policías) lo que le había pasado y escuché que les dijo que ingresen a la casa, un policía lepreguntó si los autorizaba y le dijo que sí, después nos preguntaron cómo era el chico porque no lo conocían”.
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