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Una madrugada de abril se convirtió en el último viaje para cinco personas. A casi tres semanas después del brutal accidente, una nueva víctima fatal suma dolor a esta historia.
El 6 de abril, minutos antes del amanecer, el cruce de las rutas 51 y 76 —cerca de General La Madrid, en la provincia de Buenos Aires— se tiñó de tragedia. Un ómnibus Marcopolo, que había salido de Caleta Olivia y que transportaba a 33 pasajeros y dos choferes, perdió el control en medio de un camino anegado por las lluvias recientes. El vehículo volcó sobre su lateral izquierdo, dejando un escenario desolador: cinco muertos en el acto, decenas de heridos y personas atrapadas entre los hierros retorcidos del micro.
El conductor, Daniel Alejandro Pereyra (35), oriundo de Tres de Febrero, sobrevivió sin lesiones. Pero el destino fue cruel para quienes viajaban con él. Las víctimas fueron: María Delgado Oropeza (25), una joven venezolana que buscaba oportunidades en Argentina; Nora Anagua López (61), boliviana radicada en Liniers; Felipa Susana Conti (74), de Rawson; Yolanda Mabel Schulz (53), de Caleta Olivia, Santa Cruz; y Lucas Kevin Sosa (31), de San Justo.
Una muerte más: el dolor que no cesa
Tres semanas después, según adelantó Nicolas Saracchi, de Infogl a La Opinión Austral, el balance se agrava. Mirtha Beatriz Linares (74), oriunda de San Antonio Oeste, falleció en el hospital de Olavarría, donde luchó contra sus heridas desde el día del accidente. Su muerte eleva a seis el número de víctimas y confirma lo que muchos temían: las consecuencias de este siniestro siguen abriendo heridas.
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