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Un crimen sacude la tranquilidad de una estancia en ChubutPedro Quilodrán, un peón rural contratado para trabajar en la zona, fue asesinado de un disparo en el pecho. El único detenido, Carlos Llaipén, en primer momento confesó el hecho pero lo justificó como un “accidente”. Sin embargo, la fiscal Andrea Vázquez aseguró que no hay indicios de que haya sido involuntario. “Lo mató y lo dejó tirado como una cosa“, sentenció.

El caso ocurrió en una estancia ubicada a unos 50 kilómetros de los límites con Santa Cruz y Chile, en una zona que la fiscal Vázquez describió como “el medio de la nada misma”. Pedro Quilodrán, un joven peón rural que no era de la zona, había sido contratado por el dueño de un campo cercano para arrear yeguas y caballos. Según la fiscal, Quilodrán desconocía que el terreno donde se encontraba pertenecía a Llaipén, ya que ambos campos eran linderos.

El fatídico día, Quilodrán se separó de sus compañeros mientras recorría el campo en moto. Cuando no regresó, iniciaron una búsqueda que se extendió hasta la medianoche sin resultados. Al día siguiente, encontraron su cuerpo sin vida junto a la moto, en una zona sin caminos. Inicialmente, se pensó en un accidente, pero la aparición de Llaipén cambió el curso de la investigación.

El estanciero, de 66 años, se presentó ante la Policía y confesó haber disparado a Quilodrán con un rifle calibre 22. Sin embargo, su versión de los hechos comenzó a desmoronarse rápidamente. “La versión fue cambiando en la medida que nos íbamos acercando al lugar. Ahí era otra la historia”, explicó la fiscal Vázquez.

Los testimonios recabados indican que Llaipén no solo mató a Quilodrán, sino que también amenazó a otros trabajadores presentes en el lugar. “A vos te va a pasar lo mismo”, habría dicho, según relató la fiscal. Además, se comprobó que el estanciero no prestó auxilio a la víctima, quien murió desangrada tras el impacto del disparo que le perforó la arteria aorta. “Si hubiera sido un accidente, lo primero que se hace es buscar ayuda“, resumió Vázquez.

El acta oficial, los testimonios de los testigos y los dichos de los efectivos policiales fueron clave para que la Fiscalía descartara la hipótesis del accidente. Llaipén fue imputado por homicidio y se le dictó prisión preventiva por seis meses

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